Nos dio la impresión que la selección entró a la cancha como segura campeona mundial a jugar contra un equipo de negritos africanos que corren una pelota y no sólo no fue así sino que la enjundia demostrada por los árabes fue llamativa en el contraste. PERDIMOS BIEN.-

No somos quienes para armar el equipo ni oficiar de opinologos de bar como tanto periodista deportivo que escuchamos y que lo hacen como si nos hubiéramos perdido su presencia dirigiendo la selección. Nos han bajado de un golpazo el ego futbolístico a todos, los 51° del mundo FIFA.-

Es de suponer que se puso lo mejor que se tenía iniciando con los que estaban mejor físicamente pero los nuestros parecían no tener el mismo estado físico que los árabes. De todos modos insistimos en la falta de actitud. La presencia mufa de Macri tampoco ayudó claro está.-

Terminado el primer tiempo donde lo hicimos exactamente de la misma forma en la que no habíamos podido lograr legítimamente el segundo gol, se inció el complemento sin cambiar nada, ni el juego, ni la formación ni mucho menos la displicencia con la que se jugaba. El técnico árabe hizo lo contrario, corrigió lo que hacía falta y empezó otro partido.-

Todas las leyes físicas y químicas señalan que a la misma fórmula, mismo resultado sin lugar a dudas. Y eso hizo argentina, todo lo mismo y exactamente igual a lo que no le estaba resultando.-

Si a eso le sumamos que por naturaleza vendemos la docena de huevos cuando ni siquiera hicimos el gallinero, que somos campeones sin ganar todavía, mostramos en la cancha esa actitud vanidosa y sobradora que fue la que nos costó el partido.-

Ahora todos vamos a hacer las cuentas, vamos a ver cómo les va a nuestros dos rivales próximos, cuantos goles hacen y les hacen, cuantos puntos sacan, en fin para saber si seguimos después del 30 y en qué condiciónes ¿no?.-