EL DOCTORADO EN MENTIRA ESTRATEGICA DIGITAL DE MILEI, EN LA CAUSA DEL INTENTO DE GOLPE DE BOLSONARO
La Oficina del Odio era un gabinete paralelo que funcionaba al lado del despacho presidencial en Brasilia y estaba comandado por Carlos Bolsonaro. El hijo de Bolsonaro en los papeles es concejal de Río de Janeiro pero en los hechos manejaba esa maquinaria que distribuía noticias falsas en las redes sociales y WhatsApp, que instaló la idea del fraude ante el triunfo de Lula. Cerimedo es investigado como una pieza clave de esas milicias digitales.
«Fernando Cerimedo divulgó noticias fraudulentas sobre (el resultado de) las elecciones, en una estrategia ilícita y antidemocrática», destaca el documento de la Policía Federal brasileña al que accedió LPO, que investigó las «milicias digitales» que buscaron impedir la asunción de Lula.
Fernando Cerimedo, el estratega digital del presidente Milei es uno de los blancos de la Policía Federal brasileña, en la investigación por el intento de golpe contra Lula que tiene contra las cuerdas a Bolsonaro.
La revelación sobre el rol del asesor de Milei forma parte de la publicación del documento de la Corte Suprema de Brasil que autorizó el jueves pasado una serie de medidas contra Bolsonaro y los altos mandos de su gobierno por intento de golpe de Estado. La revelación del contenido de esa investigación de la Policía Federal brasileña en base a la confesión del secretario privado de Bolsonaro, el teniente Mauro Cid, es una bomba política de alcances impredecibles en el país vecino.
Cerimedo participó de la campaña de Bolsonaro y según la justicia brasileña fue una pieza clave en la construcción de las «milicias digitales» que impulsaron el ataque al Presidencia y el Congreso en Brasilia, para impedir la asunción de Lula, en una copia de la estrategia trumpista de deslegitimar el resultado electoral, luego de la derrota.
Este consultor fue y es el cerebro digital de Milei y es señalado como el creador del ejército de trolls que el libertario tiene en las redes para atacar a sus adversarios políticos, periodistas, artistas y cualquiera que exprese alguna crítica o algún comentario que le moleste.
LPO accedió en exclusiva al dictamen del juez de la Corte Suprema de Justicia de Brasil, Alexandre de Moraes, que tiene a su cargo la investigación por el intento de subvertir el orden constitucional de Brasil para impedir que Lula asuma el cargo de presidente.
Según ese documento de la justicia brasileña, el fundador de La Derecha Diario integró uno de los seis grupos que trabajaron de forma coordinada en una operación llamada «Tempos Veriatis».
Cerimedo es señalado como una pieza clave del grupo de «Desinformación y ataques al sistema electoral», liderado por el ex ministro de Justicia de Bolsonaro, Anderson Torres.
Los grupos detectados por la justicia para concretar el golpe cívico-militar estaban liderados por la primera línea del gobierno de Bolsonaro. Entre ellos se puede mencionar al grupo «Incitación a militares» comandado por el ex candidato a vice Walter Souza Braga Netto; «Legales» por el detenido Filipe Martins; «Inteligencia paralela» por el poderoso general Augusto Heleno, también detenido y «Oficiales de Alto Rango» liderado por el almirante Almir Garnier Santos.
La Suprema Corte de Brasil investiga la actuación de una organización criminal que participó en el «intento de golpe de Estado y abolición del Estado Democrático de Derecho» por el que ya hay cuatro detenidos y decenas de investigados. Se trata de una causa gravísima, por la que el ex presidente Bolsonaro ya tuvo que entregar el pasaporte y no puede salir del país. En la Justicia hablan de codenas de hasta 30 años, si se confirman las acusaciones.
En el tramo del documento que analiza la conducta de Cerimedo, se afirma que «el grupo investigado incluso actuó a través de milicias digitales para repercutir y amplificar a través de multicanales la idea de que las elecciones presidenciales fueron fraudulentas, animando a sus seguidores a «resistir» en frente a cuarteles e instalaciones de las Fuerzas Armadas y crear el entorno adecuado para la intervención federal comandados por fuerzas militares».
«Los ataques al proceso de votación electrónica no comenzaron después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2022. El grupo ahora investigado, desde 2019, utilizó el modus operandi desarrollados por la autodenominada GDO («Oficina del odio») para propagar la idea de vulnerabilidad y fraude en sistema de votación electrónica del país», agrega el documento.
En efecto, replicando la estrategia de Donald Trump ante la posibilidad de una derrota ante Joe Biden, los estrategas en estas guerras de desinformación que asesoraron a Bolsonaro, empezaron a tratar de socavar la credibilidad del sistema electoral de Brasil, para eventualmente desconocer un triunfo de Lula que impidiera la reelección de Bolsonaro.
La Oficina del Odio era un gabinete paralelo que funcionaba al lado del despacho presidencial en Brasilia y estaba comandado por Carlos Bolsonaro. El hijo de Bolsonaro en los papeles es concejal de Río de Janeiro pero en los hechos manejaba esa maquinaria que distribuía noticias falsas en las redes sociales y WhatsApp, que instaló la idea del fraude ante el triunfo de Lula. Cerimedo es investigado como una pieza clave de esas milicias digitales.
En el reparto de tareas familiares, los hijo de Bolsonaro tienen roles bien claros: Carlos en el jefe de la manipulación de la información, Flavio se ocupa de la estructura económica y la relación con las milicias de Río de Janeiro y Eduardo maneja la agenda internacional con la ultraderecha global.
De hecho, Eduardo Bolsonaro visitó la Argentina duranta la pasada campaña electoral para apoyar a Milei. El vínculo es tan cercano, que en la ceremonia de asunción, Milei le dio al ex presidente de Brasil un lugar destacado entre los presidentes en ejercicio, en el palco que armó en las escalinatas del Congreso.
Por la «Oficina del Odio», la Corte abrió una investigación en 2019 que todavía está en curso y también involucra a Cerimedo. Además, como jefe de esa estructura, Carlos Bolsonaro tenía nexos con agentes de una inteligencia paralela armada para espiar opositores y utilizar información para campañas de desprestigio. Por esta denuncia, la familia Bolsonaro fue blanco de allanamientos hace dos semanas, como reveló LPO.