Una mujer firmó un contrato para la compra de una vivienda industrializada de 20 metros cuadrados. Su hija comenzaba los estudios universitarios y el objetivo era cubrir parte de los gastos con el alquiler de esa casa. La constructora no cumplió. Un fallo civil ordenó el resarcimiento y también reconoció el lucro cesante.

Entregó como forma de pago un vehículo Corsa Classic, más una suma en efectivo. De esa forma, canceló el total del monto. La constructora Dimago S.A.S. debía entregar la vivienda en un plazo de 90 días hábiles, según lo estipulado en el contrato.

La mujer domiciliada en Viedma indicó que insistió en reiteradas oportunidades sin respuestas concretas, por lo que se vio obligada a iniciar una denuncia ante Defensa del Consumidor. La empresa justificó sus incumplimientos en la falta de insumos para construir la vivienda, reconoció la demora, admitió estar en falta, pero no pudo determinar un plazo de entrega.

La mujer explicó que la construcción tenía como objetivo ponerla en alquiler para generar una renta que permitiera solventar los gastos de su hija, quien se iría a estudiar a otra ciudad. El objetivo se vio frustrado por la pérdida monetaria que implicó el incumplimiento de la demandada.

En la demanda civil se presentaron como pruebas: el contrato de adhesión de locación de obra entre la mujer y Dimago S.A.S. Constructora; los recibos, el acuerdo comercial y testimonios de testigos.

Por todo ello, el juez civil de Viedma condenó a pagar a la clienta casi cuatro millones de pesos por daño moral y punitivo y difirió la cuantificación del rubro lucro cesante por no poder alquilar la vivienda.