DECLARACIÓN DE INSTITUCIÓNES: «TODOS LOS SERES HUMANOS NACEN LIBRES E IGUALES EN DIGNIDAD Y DERECHOS»

Este es el primer artículo de la Declaración de los Derechos Humanos del año 1948 ¿Por qué surge esta Declaración? Tras los hechos inhumanos y aberrantes que se cometieron durante la Segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional, con el fin de que no se repitieran, se vio impulsada a generar un marco de derechos universales que alcanzara e incluyera a todas las personas, sólo por el hecho de serlo, de ser humanos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948 y está conformada por 30 artículos que, como se expresa en el primero de ellos, atañen a todas las personas, más allá de su etnia, lengua, color, religión, ideas políticas, género, edad, o cualquier otra particularidad o condición.
Esos artículos refieren a derechos básicos, sustanciales para la vida de las personas, como el derecho a la vida, la libertad y la seguridad, a la educación y la cultura, a la salud, a la vivienda, al trabajo entre otros derechos fundamentales que hacen a la dignidad de las personas. Asimismo, los derechos que conforman la Declaración son indivisibles, interrelacionados e interdependientes. Esto significa que el avance de uno facilita el avance de los demás. De la misma manera, la privación de un derecho afecta negativamente a los demás.
Si bien la Declaración de los Derechos Humanos ya tiene más de siete décadas, su condición está tan inherentemente ligada a la dignidad, a la protección elemental que debe conformar la vida de las personas, que su vigencia es insoslayable. En este sentido, desconocer cuáles son nuestros derechos fundamentales nos expone a que se los vulnere y se naturalice su no cumplimiento.
¿Quién debe garantizar el acceso a los derechos básicos que establece la Convención? El Estado de un país, a través de su gobierno, debe asumir la obligación de respetar, proteger y hacer cumplir los derechos humanos. La obligación de respetarlos significa que los Estados no deben interferir o limitar el disfrute de los derechos humanos. La obligación de protegerlos exige que los Estados impidan los abusos contra individuos y grupos.
Este 10 de diciembre conmemoramos el aniversario número 77 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El ejercicio de nuestros derechos atraviesa nuestra cotidianeidad, no son un privilegio, pues involucran el acceso a lo básico y esencial para la vida humana. En un mundo convulsionado, colmado de injusticias, con Estados que avasallan o se posicionan al límite de su rol de garantizar los derechos de las personas, es vital reivindicar su actualidad y validez como modo de preservar la dignidad humana. (Comunicación CRUB)









