BARILOCHE Y LAS GARRAS DEL TURISMO EXTRACTIVISTA (Tercera parte)

Siempre sostuvimos que los grandes enemigos del Parque y la ciudad, son los arquitectos y sus serviles cómplices en los grandes emprendimientos (incluidos funcionarios), que detrás del dinero destruyen el bosque, no respetan ordenanzas de construcción y luego pagan multas, en fin, sólo les interesan sus bolsillos ni siquiera familias o legado a sus hijos y de allí nos parece muy importante dar a conocer esta nota en su tercera parte:
El avance implacable de la privatización en las costas del Lago Nahuel Huapi
El principio legal de acceso público a las costas de ríos y lagos en Argentina es un derecho fundamental, pero en Bariloche su cumplimiento se ve constantemente amenazado por el avance de intereses privados. Se han documentado numerosos casos que evidencian esta problemática.
Solo por mencionar algunos, en la zona del kilómetro 1 de la Avenida Bustillo, se ha denunciado que hoteles han construido o realizado ampliaciones directamente sobre la costa del lago, en algunos casos «ganándole tierras al mismo».
Un informe de 2004 ya mencionaba puntos de acceso público inaccesibles en esta zona, y el edificio «Capitalinas», cuya construcción comenzó en 2011, enfrentó sanciones por infracciones que incluyeron transformación de la costa y quema de arrayanes en este sector.
Más recientemente, en el kilómetro 10.800, cerca del Arroyo Gutiérrez, un particular fue denunciado por cercar la costa, talar árboles y crear una playa privada. En el kilómetro 5.4 de la misma avenida, el hotel Sol del Nahuel inició la construcción de un muelle de grandes dimensiones sin los permisos correspondientes de Parques Nacionales, según denuncias vecinales. Aunque el propietario alegó razones de seguridad para los navegantes, los vecinos lo percibieron como una invasión de la playa.
Estos no son hechos aislados. Un patrón de «constante avance del interés privado sobre las costas» ha sido denunciado por años. Existen numerosos accesos públicos que figuran en los catastros municipales pero que en la realidad se encuentran completamente bloqueados y no señalizados.
Por otra parte, las diversas instancias de muelles ilegales, cercas y construcciones que invaden las costas de lagos y ríos representan colectivamente una pérdida significativa de espacio público. Vale recordar que el acceso público a los cuerpos de agua es un derecho legal y una parte clave del atractivo de Bariloche.
La ciudad de dos caras: infraestructura para pocos y carencias crónicas para residentes
Se evidencia una marcada disparidad en San Carlos de Bariloche: mientras cuantiosos fondos públicos o garantías estatales facilitan la infraestructura para grandes emprendimientos privados e inmobiliarios, numerosos barrios históricos de la ciudad padecen desde hace décadas la falta de servicios básicos esenciales.
Por ejemplo, el gobierno provincial de Río Negro impulsó proyectos como la infraestructura para el Parque Productivo Tecnológico Industrial de Bariloche, para beneficio de empresas privadas que se radicaran allí. En contraste, la realidad de muchos barrios de la ciudad es desoladora. Existen zonas que llevan entre 20 y 30 años esperando servicios básicos como agua potable, gas natural, cloacas o asfalto.
El barrio Mirador del Challhuaco, un loteo social realizado en 2010, es un caso emblemático: sus habitantes, a pesar de pagar impuestos municipales, aún carecen de servicios básicos. Esta brecha en la inversión y atención estatal refleja elecciones políticas que priorizan la atracción de capital y el servicio al mercado turístico.
Cuando el Estado dirige las inversiones a áreas no servidas para nuevos proyectos privados, efectivamente subsidia esos proyectos y desbloquea su valor especulativo por sobre la garantía de una calidad de vida digna y los derechos de la población permanente ya instalada. (La Izquierda Diario)









