BUSCABAN LIBERAR A UN NARCO Y ASESINAN A UN POLICÍA EN ROSARIO
Dos sicarios con el rostro cubierto con pañuelos ingresaron a la guardia del Hospital Provincial en la noche del martes y desataron el terror entre médicos, enfermeros y pacientes desbloqueando un nuevo nivel de locura en Rosario, agobiada por la violencia narco.
Según las primeras líneas investigativas, los atacantes quisieron liberar a un peligroso preso, Gabriel Guillermo Lencina, que cumple condena de 22 años por homicidio en el penal de Piñero.
Pasada las 20 horas, los encapuchados entraron por la guardia, forcejearon con los custodios de Lencina, le robaron el arma a uno de ellos y en medio del caos sonaron los disparos en la sala de espera. Como resultado de la gresca fueron heridas de bala dos mujeres que acompañaban a familiares.
Ya en la calle, cuando los sicarios se retiraban del hospital si poder llevarse a su amigo, se cruzaron al subinspector Leoncio Bermúdez que lo acribillaron en el acto con al menos dos disparos, como tomó la cámara de seguridad.
El uniformado hacía guardia en el destacamento que se encuentra en la puerta del efector, alertado por los disparos que provenían del interior, se dirigió a la guardia con el desgraciado final.
Para mayor dramatismo, Bermúdez estaba acompañado de su hijita de 10 años. El oficial le dijo a la nena que cierre con llave el trailer y que no abra bajo ninguna circunstancia porque algo estaba sucediendo en el hospital. En medio de la fuga, el destacamento recibió algunos impactos de bala y por fortuna, la hija de Bermúdez resultó ilesa.
El Provincial fue el primer hospital de Rosario. Se inauguró a mediados del siglo XIX en el corazón del Barrio Martin, uno de los más tradicionales de la ciudad y fue el escenario de un nuevo hecho de violencia que no cuenta con antecedentes en la frondosa historia criminal local.
Este miércoles, los trabajadores del hospital cerraron la guardia y denunciaron una desprotección absoluta frente a la ola de inseguridad que atraviesa Rosario que el ataque sicario puso en evidencia una situación que se arrastra hace mucho tiempo. Según Pablo Cococcioni, el futuro ministro de Seguridad de Pullaro, informó que la ciudad más violenta del país cuenta con solo 30 móviles policiales en servicio.
En cuanto a la investigación, la fiscal Gisela Paolicelli manifestó sus dudas sobre el operativo del Servicio Penitenciario provincial. Curiosamente, el detenido que había sido derivado al hospital tenía el alta desde el mediodía pero hasta la noche que se produjo la balacera no se había concretado su salida.
Además, la fiscal señaló que a pesar del tiroteo, a un solo oficial del servicio resultó herido de un culatazo que le hicieron con el arma que le sacaron, los otros dos acompañantes no se sabe que hicieron.
Otra irregularidad es que Lencina fue trasladado sin el protocolo de prisionero de alto perfil que implica mayores resguardos. Para colmo, cuando se inspeccionó la celda del detenido se encontraron celulares y drogas: «el sistema de inhibidores de señal que se instaló en el penal funciona de manera intermitente», dijo sorprendido el gobernador electo Maximiliano Pullaro. (LPO)