CUANDO UNA JUEZA SABE DE LO QUE HABLA
El rechazo al hàbeas corpus que produjo la Jueza Sandra Ragusa, dio mucho material a analizar a partir de su propio compromiso con el interno en cuestiòn. Dijo que rechazaba la acción “porque, sin perjuicio de la adjetivación incendiaria utilizada por el letrado: “brutal paliza”, “brutal golpiza”, etc.-
Se comprobó que Bonnefoi tiene unos raspones caracterizados por el médico como lesiones leves, cuya ocurrencia y mecanismos sin lugar a dudas hay que investigar y dilucidar” en tres investigaciones en trámite a cargo de unidades fiscales de Roca.
“El Dr. Batagelj (abogado Defensor de Bonefoy y quien presentò el recurso rechazado) se había entrevistado con su cliente en el momento mismo de los hechos, por lo que no desconocía el real estado de salud y tampoco que en el acto había sido derivado al área de salud del penal”, afirmó.
“Tampoco desconocía el letrado que el incendio que el día 13 de septiembre se produjo en la celda del causante lo había producido su asistido utilizando para ello un encendedor, elemento prohibido que justificó a todas luces la requisa”, señaló. “También se ha acreditado que Bonnefoi no sólo cuenta con un celular permitido, sino con uno clandestino que le es secuestrado durante la requisa”, añadió.
Ragusa sostuvo que se probó que Bonnefoi recibió visitas “en más de lo permitido por los reglamentos penitenciarios vigentes y que el único motivo por el que se suspendieron es por los disturbios y violaciones a tales reglamentos que la visita causó”.
Recordó que en un legajo anterior, concedió a Bonnefoi “un beneficio de semi soltura -en uno de mis tantos esfuerzos de resocializarlo y de liberar a la sociedad de él- cuya principal pauta de conducta consistía en presentarse en mi despacho todos los viernes por espacio de más de una hora para conversar conmigo y contarme lo que estaba haciendo brindándome datos que yo pudiera confirmar luego”.
Y añadió que el objetivo de esas entrevistas era “para escuchar a una persona que lo guiaba para salvar a sus propios hijos -cuya vida según él les dedica y quiere proteger- del estigma de su apellido en nuestra ciudad, realizando alguna obra de bien alguna vez”.
Pero Ragusa consignó que a la salida de una de esas entrevistas, Bonnefoi “fue a su casa y puso un cuchillo en la garganta de su pareja, quien tenía a su bebé en brazos”.
“Jamás he recibido siquiera una nota, para no hablar de una acción, en protección de todas las personas que he mencionado y con motivo de estos hechos. No parecen estar en el listado de las personas de bien que aman a ciertos humanos”, planteó la jueza.-