EL TRAPITO QUE LE GATILLO AL POLICIA TENÍA NUEVE CAUSAS EN TRÁMITE. DORMÍA LA JUSTICIA
Matías Servian, quien el jueves por la tarde fue detenido en Kilómetro 3 de Comodoro Rivadavia, luego de haberle arrebatado el arma reglamentaria a un policía y ser acusado de gatillarle dos veces en la cabeza, fue sometido este viernes a una audiencia judicial. Tenía una suspensión de juicio a prueba que significaba que debía abstenerse de cometer nuevos delitos, pero desde que recibió ese beneficio penal infringió la ley en otras nueve ocasiones.-
Le dictaron dos meses de prisión preventiva tras ser imputado de homicidio agravado por haber sido cometido contra un efectivo policial, en grado de tentativa.
El limpiavidrios de 28 años que fue aprehendido el jueves en Km 3, luego de protagonizar disturbios en Marcelino Reyes y avenida del Libertador, e intentar escapar con la pistola reglamentaria que le robó al cabo primero José Miranda, quedó detenido con dos meses de prisión preventiva.
Este viernes la fiscal Cecilia Codina, y el funcionario fiscal Ariel Corredera lo imputaron de homicidio agravado por haber sido cometido contra un miembro de las fuerzas de seguridad con arma, en grado de tentativa.
Servian, de nacionalidad paraguaya, se encuentra en situación de calle en Comodoro Rivadavia y tenía una suspensión de juicio a prueba que significaba que debía abstenerse de cometer nuevos delitos, pero desde que recibió ese beneficio penal infringió la ley en otras nueve ocasiones, relató la Fiscalía durante la audiencia.
Dos de esas causas están en etapa de juicio y seis en etapa de audiencia preliminar, la mayoría por delitos contra la propiedad y una en investigación. Según la fiscal, hay dos testigos del incidente que protagonizó el jueves, uno de ellos periodista y otro un limpiavidrios que acompañaba a Servian.
Estos describieron que el efectivo policial cuando llegó al lugar donde estaban protagonizando disturbios les habló de buena manera al grupo de jóvenes que se encontraba en esa zona, para que se retirasen.
“El policía nos pidió bien que nos vayamos, pero Servian empezó a insultarlo y pegarle y le saca el arma”, indicó el limpiavidrios que figura como testigo en la causa. En esa circunstancia Servian comenzó a insultarlo, exaltado y tras un forcejeo le quitó el arma de fuego y corrió.
Durante la persecución del policía para recuperar su arma de fuego, el joven le apuntó a la cara de muy corta distancia y según la Fiscalía gatilló dos veces sin que saliera el proyectil porque la pistola se encontraba con seguro.
El policía persiguió a Servian y con la ayuda de otro efectivo lograron aprehenderlo en inmediaciones del antiguo edificio SUPE donde el sospechoso descartó el arma. El cabo recuperó la pistola, pero no así el equipo de comunicaciones que también le sacaron.
La fiscal Codina solicitó dos meses de prisión preventiva y seis meses de plazo de investigación.
La defensora pública que asistió a Servian, consultó la distancia desde la que los testigos observaron la situación porque planteó que los mismos hablan de que le apuntó al policía, pero no ven si gatilló. “¿Como saben si fue gatillada el arma?”, se preguntó la defensora.
“El arma tenía el seguro colocado, nos traslada a un delito imposible, no podemos hablar de un comienzo de ejecución”, argumentó la defensora cuestionando la calificación provisoria de la Fiscalía de tentativa de homicidio.
Servian siguió toda la audiencia visiblemente golpeado en su rostro, con una sola zapatilla colocada y con puntos de sutura en su cuero cabelludo. El juez Miguel Caviglia finalmente dictó dos meses de prisión preventiva, pero no consideró que había peligro de entorpecimiento de la investigación.
Dispuso que Servian sea revisado por personal médico ajeno a la institución policial como así también que debe tenerse presente que la víctima es personal policial y asegurar un lugar de detención que garantice que Servian no sea víctima de ninguna vejación por parte de personal policial.
A este ritmo Servian volverá a las calles, amenazará y golpeará gente y tendrá mucho más cuidado en sacare el seguro a un arma en la róxima oportunidad. (El Patagónico y propia)