LA MUERTE DE MICAELA BRAVO, RODEADA DE INCÓGNITAS QUE INCLUSO MEZCLAN LO RELIGIOSO

Los colegas de El Cordillerano recordaron la sucesión de hechos que culminan en el juicio que se inició hoy y señalaron que «Micaela Bravo (foto) fue vista por última vez el 23 de marzo de 2016, cuando dejó a una sobrina en el jardín.
Su cadáver fue hallado el 6 de abril de aquel año. Por el paso del tiempo y la intervención de animales, el estado del cuerpo era lamentable, en avanzado estado de descomposición, pero, además, había sido desmembrado.
Para la fiscalía, los aportes de cámaras de seguridad demostrarán la presencia constante y sistemática de una jauría de perros que se dirigía exactamente al lugar en el que luego se halló el cuerpo y literalmente se comieron la mitad del cadáver.
Las pericias determinaron que la joven falleció en el lugar del hallazgo el mismo día de su desaparición. Tenía un corte de arma blanca en la zona pulmonar que fue lo que le ocasionó la muerte.
Pero la defensa se aferrará a diversos informes que indican que la joven pudo haber sido torturada e inclusive ultimada en otro lugar, siendo luego su cuerpo descartado. Más aún, la defensa buscará establecer que se trató de un femicidio y ello alejaría a Paine de la responsabilidad.
Lo concreto y real es que Micaela Bravo había transitado una vida dura y plagada de dificultades y que dio un giro rotundo al distanciarse de su esposo, Patricio Vargas, y comenzar una relación con Juan Carlos Colipi.
Decidida a vivir, enfrentó las consecuencias de su decisión y emprendió una nueva aventura, distinta, pero con cierto grado de clandestinidad, según la teoría del caso que manifestó la fiscal Cendón en la audiencia de control de acusación.
Su decisión había generado un alto revuelo en la comunidad religiosa de la que todos los involucrados formaban parte. Paine -la madre de Colipi- estaba furiosa e incluso en las horas previas había arremetido a golpes contra su propio hijo.
Insatisfecha e incapaz de poner fin a la relación sentimental que había iniciado su hijo con Micaela Bravo, decidió ultimar a la mujer. (Siempre siguiendo el planteo acusatorio).
La fiscal sostuvo la imputación con decenas de declaraciones de testigos que aportaron detalles de la última vez que Micaela fue vista con vida: el 23 de marzo de 2016 al mediodía.-
Paine obligó a Micaela a retirarse del Jardín Mundo Nuevo en el barrio 2 de Abril. Según la acusación, ese mismo día la ultimó en un descampado cercano al supermercado mayorista Diarco, en un predio ubicado entre la Ruta de Circunvalación y la Ruta 40 Sur.
Lo que siguió fue una intensa búsqueda que acabó recién el 6 de abril y a partir de entonces una investigación que deambuló sin avances durante largo tiempo y que analizó con profundidad al menos unas diez hipótesis criminales hasta que la fiscal Cendón logró encaminar el proceso. Inclusive se vinculó el caso con la desaparición contemporánea del cabo Lucas Muñoz y otros casos delictivos.
Además, hubo coincidencias entre unos restos plásticos y pelos de conejo hallados en el pantalón de la víctima y junto al cadáver, con otros recolectados de un carro que se le secuestró a la acusada, un cuchillo y plásticos que rodeaban la huerta en el domicilio de la acusada.
Para ello fue determinante una pericia realizada por Rodolfo Guillermo Pregliasco que estableció una coincidencia exacta con la crianza de esos animales que desarrollaba Paine, el alimento que les ofrecía y los recipientes en los que guardaba el alimento. (El Codillerano y propia)