TRATAN CON ÉXITO EN FORMA AMBULATORIA UNA AFECCION CONGÉNITA DEL PENE

Nota de opinión de José María Oribe (*): Se denomina fimosis, y es cuando el prepucio, la piel que cubre el glande, no puede retraerse parcial o totalmente. Se estima que afecta al 1% de los hombres adultos. Mediante una tecnología avanzada con láser de holmium, el urólogo en forma ambulatoria, con anestesia local más sedación, en una práctica médica breve, indolora y efectiva, resuelve la condición en forma definitiva, con una recuperación rápida y minimizando potenciales complicaciones posoperatorias.
En los últimos años, el uso del láser se ha convertido en una alternativa revolucionaria para el tratamiento de numerosas condiciones, algunas de ellas de carácter estético. Sin embargo, la urología encontró en este dispositivo una herramienta innovadora para resolver un tema médico relacionado con el órgano genital masculino.
Con un tipo de láser muy moderno, denominado Láser de Holmium (o también láser de holmio, HoLEP)- se realiza con éxito el tratamiento ambulatorio de la fimosis, una afección en la que el prepucio, la piel que cubre el glande del pene, no puede retraerse completamente, lo que produce la incapacidad para descubrir el glande, ya sea en forma total o parcial.
Esta condición puede ser fisiológica y se presenta en hasta el 96% de los recién nacidos, pero en la mayoría de los casos se resuelve con el tiempo en forma espontánea. Para aquellos casos en los que persiste después de los 3 o 4 años de edad, se considera patológica y requiere atención médica.
Se estima que aproximadamente el 1% de los hombres adultos y un porcentaje reducido de adolescentes mantienen esta afección. Si no es tratada, la fimosis puede provocar molestias al orinar, dolor durante las relaciones sexuales, mayor riesgo de infecciones urinarias y balanitis (inflamación del glande), así como una predisposición a otras complicaciones, como infección del glande, retención urinaria y disfunción eréctil.
El láser de holmium es un láser superior a los anteriormente conocidos por su capacidad de corte y coagulación, que permite extraer el tejido adicional mediante pequeñas heridas microscópicas controladas y dirigidas por el urólogo tratante y que la piel reaccione con una rápida cicatrización y una alta producción de colágeno.
Es un procedimiento ambulatorio que se realiza bajo sedación, en el que se extirpa la piel sobrante del prepucio de manera precisa y sin dolor, dejando al descubierto el glande y resolviendo la afección de forma definitiva. Además, al ser una intervención poco invasiva, ofrece una recuperación rápida y minimiza el riesgo de complicaciones postoperatorias.
Para el Dr. Mariano Cohen, médico urólogo y andrólogo del Centro Argentino de Urología (CAU), uno de los principales centros que llevan a cabo este tipo de procedimientos, “el tratamiento de la fimosis con láser de holmium representa un avance significativo en la medicina. Su precisión permite realizar la intervención de la fimosis en pocos minutos, evitando sangrados y dolor. Los pacientes se van a su casa luego de un par de horas de reposo y la mayoría puede retomar sus actividades diarias en menos de 48 horas”.
Por su parte, el Dr. Norberto Bernardo, médico urólogo, director médico del Centro Argentino de Urología (CAU), explica que “a diferencia de los métodos quirúrgicos tradicionales, el láser de holmium reduce considerablemente las molestias posoperatorias y las probabilidades de infección. Es un procedimiento ideal tanto para adolescentes como para adultos con fimosis que buscan una solución efectiva, definitiva y sin complicaciones”.
Las opciones tradicionales que se utilizaban para el tratamiento de la fimosis -anteriores al uso del láser de holmium- incluyen la circuncisión quirúrgica tradicional, la técnica circurer, cremas con corticoides y técnicas manuales de dilatación.
“La circuncisión quirúrgica es un procedimiento que implica una intervención más invasiva, que se realiza bajo anestesia general o local, con mayores posibilidades de dolor posoperatorio, hinchazón y un periodo de recuperación más largo. Además, el riesgo de infecciones y sangrados es mayor comparado con el láser”, consignó el Dr. Cohen.
La técnica circurer consiste en la realización de la circuncisión sin bisturí, utilizando un dispositivo específico. También es con anestesia local y ambulatoria, pero como contrapartida suele dejar mucha mucosa y generalmente produce inflamación y edematización por la acumulación de líquidos.
Sobre las cremas con corticoides, desde el CAU afirmaron que si bien son una opción menos invasiva que busca reducir la inflamación y mejorar la elasticidad de la piel, su eficacia es limitada y no siempre resuelven el problema de manera definitiva.
“Respecto de las técnicas manuales de dilatación, son un método que consiste en ejercicios progresivos para intentar retraer el prepucio. Si bien pueden ser efectivas en casos leves, no es una solución viable para fimosis severas y pueden resultar dolorosas”, agregó el Dr. Bernardo, que también es director del Departamento de Urología de la Universidad de Buenos Aires y Jefe de los servicios de Urología del Hospital de Clínicas y de la Clínica San Camilo.
Los Dres. Norberto Bernardo y Mariano Cohen junto a otros colaboradores fueron los primeros urólogos del mundo en publicar un trabajo con los resultados del tratamiento de la fimosis con láser de holmium en adultos. El estudio se realizó entre los meses de mayo y julio de 2024 en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires y las intervenciones fueron hechas con anestesia local sobre un total de nueve pacientes.
‘’Ignorar la fimosis y demorar su tratamiento puede tener consecuencias a largo plazo, afectando tanto la salud física como emocional del paciente. Por ello, es fundamental consultar a un especialista en urología al notar los primeros signos de dificultad para retraer el prepucio’, concluyeron desde el CAU.
(*) José María Oribe de y para JM Oribe Comunicaciónes