UN DIA COMO HOY FALLECÍA EL TERCER HÉROE NACIONAL: MARTIN MIGUEL DE GÜEMES
Su nombre completo era Martín Miguel Juan de la Mata de Güemes Montero Goyechea y la Corte, o simplemente Alias «Güemes». Fue un militar revolucionario salteño, que nació en el campo de la actual provincia de Salta y a los 14 años viajó a Buenos Aires para comenzar su entrenamiento militar.
Nació el 8 de febrero de 1785, en la ciudad de Salta, en el seno de una familia culta que le brindó una buena educación. Además, aprendió las labores camperas en la finca y conoció las costumbres gauchescas. Desde muy joven inició su carrera militar. A los catorce años se enroló en el Regimiento Fijo de Infantería.
En 1806 y 1807, durante las Invasiones Inglesas, participó en la Reconquista de Buenos Aires. Fue allí donde realizó una hazaña pocas veces vista en la historia: tomó con una carga de caballería el barco “Justine” de los británicos, los hizo rendirse y capturó su bandera de guerra. Por su arrojo, fue condecorado como “Reconquistador y Defensor de Buenos Aires”.
Durante la Revolución de Mayo, adhirió a la causa patriótica. Debido a sus méritos y su origen salteño, integró el Ejercito Auxiliar del Alto Perú, con el cual, se cubrió de gloria en la batalla de Suipacha.
Cuando comienza la denominada guerra la Independencia, Buenos Aires envía una expedición auxiliar al territorio del Alto Perú. Güemes, que era integrante del Ejercito del Norte, fue designado para llevar a cabo una importante misión. La misma consistió en cuidar la frontera norte y contener al enemigo para que San Martín pudiera preparar el Ejército y cruzar los Andes.
Estuvo a cargo del escuadrón gaucho, el cual fue crucial para la victoria de la batalla de Suipacha, la única victoria patriota en esa expedición.
Tras la derrota del del ejercito auxiliar de Buenos Aires en la batalla de Huaqui, llegó al norte Manuel Belgrano como comandante del Ejercito del Norte y ordenó a Güemes volver a Buenos Aires por indisciplina.
Luego de la derrota de la expedición de Belgrano en la batalla de Ayohúma y el posterior éxodo jujeño, es ascendido a teniente coronel y reintegrado a Ejercito del Norte, ahora comandado por José de San Martín, como jefe de las fuerzas de caballería.
La estrategia de esta tercera expedición fue poner a Güemes y sus guerreros gauchos en la defensa del Alto Perú, mientras el Ejercito de los Andes liberaba Chile y liberaba Lima por vía marítima.
Años más tarde, en 1815, fue elegido Gobernador Intendente de Salta por clamor popular. Se presentó como el protector de los pobres y el más decidido partidario de la revolución. Sin embargo, no tuvo la simpatía de la clase adinerada ni de Buenos Aires, pero contó con el apoyo del pueblo y con el de su hermana María Magdalena “Macacha” Güemes de Tejada.
Como Gobernador, dirigió mejor la defensa de la frontera norte. A pesar de que no contó con suficientes recursos ni hombres, utilizó su inteligencia y creatividad. Por eso, empleó la guerra gaucha para debilitar al enemigo y retrasar su avance.
Cabe destacar la ferocidad de su tropa de gauchos, llamados los “Infernales de Güemes”. Ese nombre se debió a que provocaron un verdadero infierno a los realistas. Gracias a sus conocimientos del lugar, apoyo del pueblo, valentía y arrojo, pudieron repeler seis invasiones realistas en las que se contabilizaron más de 23.000 enemigos bien preparados.
Además, la campaña güemesiana permitió ganar tiempo para que San Martín preparara las expediciones a Chile y Perú. En suma, la guerra gaucha fue un episodio central en la Guerra por la Independencia.
El 7 de junio de 1821, los realistas lo emboscaron y, en el fragor del combate, fue herido por una bala. A pesar de ello, pudo resguardarse en una hacienda a dos leguas de la ciudad. Al ser hemofílico su herida nunca cicatrizó y murió diez días después, a los 36 años de edad.
Tras varios días de sufrimiento, pasó a la inmortalidad el 17 de junio de 1821, fecha que recordamos hoy. Su austera muerte se produjo en la Cañada de la Horqueta, cerca de la ciudad de Salta. Fue el único general argentino caído en acción de guerra con un enemigo del exterior.
En definitiva, encontramos en Güemes una figura heroica, honrada y patriótica. Gracias a su firmeza y convicción, el país pudo mantener su integridad territorial e independencia. Sin él, no podría haber triunfado la campaña libertadora de San Martín.
Sin lugar a dudas, es uno de los grandes próceres de nuestro país y por lo tanto, se merece los más altos honores. Si se visita el norte y en especial Salta, el recogimiento y congoja por su muerte y agradecimiento aún perdura con muchísima fuerza.-
Para finalizar, resulta oportuno citar una eximia frase del mismo: “Mis afanes y desvelos no tienen más objeto que el bien general y en esta inteligencia no hago caso de todos esos malvados que tratan de dividirnos. Así pues, trabajemos con empeño y tesón, que si las generaciones presentes nos son ingratas, las futuras venerarán nuestra memoria, que es la recompensa que deben esperar los patriotas”.
¡Gloria y Honor al General Don Martín Miguel de Güemes! (17-06-2022 – 09 hs)