Una vez más, ante la llegada de un evento natural predecible y habitual, como lo fueron las nevadas de este fin de semana, queda en evidencia la nula preparación y el estado de la infraestructura de nuestro pueblo: calles intransitables y cortes en los servicios más básicos, que en algunos barrios se extienden durante días, dificultando la vida de los vecinos, generando pérdidas económicas y trastornos en los sectores productivos y comerciales de la localidad, y afectando la estadía de aquellos turistas que, con mucho esfuerzo en el contexto actual, eligen nuestra ciudad para vacacionar.

Lo atemporal de esta breve descripción angosturense nos lleva, esta vez, no a centrarnos en las soluciones puntuales ya conocidas del caso, como podrían ser un plan de poda preventiva, soterramiento, o compra de grupos electrógenos para las tomas de agua, entre otras tantas ya planteadas, sino a preguntarnos realmente a qué se debe la aparente disociación del estado (municipal, provincial o nacional según sea el caso) de los fines que justifican su existencia.

¿Cómo es posible que esta organización que nos hemos dado, centrada en administrar los recursos públicos para el bienestar y el desarrollo de nuestra sociedad, haya extraviado hace tantos años y de la mano de las distintas autoridades de turno, su capacidad para resolver los problemas más básicos de nuestro pueblo?

Año a año, vemos cómo las problemáticas de seguridad, vivienda, y servicios públicos (solo por nombrar algunas) se repiten sin solución aparente. Frente a esto, un estado municipal que parece haber sido reducido a su rol accesorio y circunstancial de ser el mayor empleador de la localidad y que, pese a su gran tamaño, carece de planificación y reacción para resolver de manera eficaz y eficiente los pormenores de nuestro pueblo.-

Impulsa proyectos como la tasa/impuesto al combustible, que pretenden aumentar aún más la presión impositiva sobre todos los contribuyentes, justificada en una aparente falta de recursos, que se esgrime por ejemplo ante la ausencia de grupos electrógenos que garanticen la provisión de agua en todos los barrios durante los cortes de luz, pero que parece no ser tal al momento de diagramar la planta política de la actual gestión.

¿No es esto una muestra clara de un serio problema en la administración de nuestros recursos? ¿Es más importante el rol de empleador preferente que quiera asumir una gestión que la provisión de servicios públicos básicos?

Finalmente, y para no extendernos en temas ya ampliamente discutidos, instamos a las autoridades a reconsiderar su política recaudatoria y administrativa, teniendo en cuenta que tanto sus acciones como sus omisiones producen, como se vio este fin de semana, un serio deterioro en la imagen turística del pueblo, trastornos a los vecinos y pérdidas económicas irrecuperables en un contexto económico ya adverso.

Firma: Comisión Directiva – Cámara de Comercio, Turismo, Industria y Producción de Villa La Angostura