TRATAMIENTO PSICOLÓGICO, RESTRICCIÓN PERIMETRAL Y CAPACITACIÓN EN TEMAS DE GÉNERO PARA EL ARZOBISPO DE SALTA
El arzobispo Mario Cargnello, máxima autoridad eclesiástica de Salta; el sacerdote Lucio Ajaya; el obispo emérito Martín de Elizalde y el vicario judicial Loyola Pinto y de Sancristóval, acusados por violencia de género contra las monjas Carmelitas Descalzas del Convento San Bernardo, fueron condenados por la Justicia.
Luego de comprobar los hechos de violencia que sufrieron las Carmelitas Descalzas por más de 20 años, entre ellos violencia física, psicológica y económica, la jueza Carolina Cáceres mantuvo la prohibición de acercamiento que les había impuesto en 2022, el mismo año en que se inició la causa.
La magistrada también dictaminó que los religiosos deberán cumplir con tratamiento psicológico por seis meses y los obligó a cumplir con una capacitación de género y violencia de género bajo la supervisión del Observatorio de Violencia Contra las Mujeres. También ordenó notificar de la condena al papa Francisco
Por otro lado, la jueza instó a las denunciantes a realizar retiros o ejercicios espirituales para abordar psicológicamente las consecuencias del maltrato sufrido y deberán “presentar ante este Juzgado las constancias respectivas de manera mensual durante el plazo de seis meses”.
Uno de los hechos comprobados expuestos por las Carmelitas Descalzas fue “la obstrucción/demora/negativa en la elección de la priora y el préstamo de dinero al obispo sin devolución a la fecha, lo que configuró violencia de género del tipo psicológica y económica”.
En la causa se investigaron cinco hechos de violencia que las Carmelitas denunciaron haber sufrido por parte de los acusados en 2021, en plena pandemia.
El conflicto comenzó cuando las monjas comenzaron un vínculo cercano con María Livia, la mujer que recibiría mensajes de la Virgen del Cerro y realiza una imposición de manos durante los rezos grupales a los que acuden impresionantes multitudes en las afueras de la capital salteña.
En el cerro mismo y los fines de semana más de veinte sacerdotes y monjes brindan confesiones a los miles de voluntarios que concurren a adorar a la virgen, situación que molestó siempre al arzobispo y algunos ultra conservadores católicos que creen que sólo debe concurrirse al templo.-
En el génesis del enfrentamiento, durante el velatorio de una monja, Cargnello dio una oración en tono agresivo ante el féretro, porque cerca estaba instalada una imagen de la Virgen del Cerro, que no es reconocida por el arzobispo. Es más, ese día además Ajaya habría agredido físicamente a una de las monjas, que se encontraba filmando, ante el estupor de los presentes que casi agreden al sacerdote por su cobardía.-