ENTRE LA NIEVE Y EL MATE… MÁS QUE UNA IMAGEN LA DESCRIPCIÓN DE UNA REALIDAD HOY

¿Lo pensó?… «La jornada es larga, a veces eterna. Una pausa. El viento sacude la cabina y la nieve cae como si se sintiera contenta por taparlo todo. Pero ahí estamos nosotros, los trabajadores viales, los que elegimos este trabajo – o fuimos elegidos – para despejar las rutas y mantenerlas transitables, ente otras tareas más.
Seguramente están quienes creen, y están convencidos, que este trabajo es solo subirse a una máquina y empujar la nieve hacia las banquinas. Pero no saben que, antes de salir a esos lugares donde el clima castiga, nos despedimos de casa con un abrazo largo y el corazón arrugado por dejar a nuestros afectos en la calidez del hogar.
No saben que, a veces, el sueño y el cansancio pesan tanto como la misma pala de la motoniveladora. Y ahí, muchas veces en la soledad más profunda, aparece un mate. Un mate que no es sólo agua caliente y yerba. Es un símbolo de resistencia, de comunicación, de encuentro o de introspección. Es la manera de sentir que no estamos solos, aunque estemos en un paraje lejano, con la ruta tapada de nieve y el frío y el viento que se clavan como puñales en los huesos.
Ese mate apoyado sobre la máquina de Vialidad se convierte en un ritual. En cada cebada hay un pensamiento para la familia, un recuerdo del hijo que duerme en casa, un pedido silencioso para que cada jornada de trabajo termine bien y podamos volver a descansar.
Hay quienes dirán que somos exagerados, que no hace falta romantizar el trabajo, que para eso cobramos un sueldo. Pero cuando estamos bajo condiciones climáticas adversas, con la noche como única compañía y tomás un sorbo caliente, entendés que ese mate no es un lujo, sino un puente con las emociones.
Vivimos momentos donde se cuestiona nuestro trabajo. Se duda de cada paso que damos. Pero esta foto, esta escena, refleja lo que somos: identidad y pasión. Pasión por mantener las rutas abiertas cuando todos duermen. Pasión por gestionar para que todo esto ocurra. Pasión por ser el eslabón que une localidades, familias y destinos.
Pasión por el otro, aunque suene sentimental. Porque no hay nada más sincero que trabajar durante largas jornadas para que alguien pueda llegar a su casa, al hospital, a la escuela, a su propio trabajo o a su destino para vacacionar.
El mate, la máquina, la nieve, el silencio y la historia. Todo junto resume quiénes somos: personas que amamos nuestro lugar, nuestro trabajo, que abrazamos el frío y le encontramos calor a la vida en las cosas más simples.
Porque cuando uno trabaja con pasión, no importa el frío, la oscuridad, la soledad ni la duda ajena. Importa seguir despejando nuestras rutas. Y en ese camino, siempre habrá un mate que nos recuerde por qué lo elegimos»..
Una reflexión necesaria cuando quienes no conocen ni aprecian, ni valoran, ni les interesa absolutamente nada, quieren hacer desaparecer una Institución tan fundamental en la vida, la economía y el desarrollo de cualquier país.-