CADA VEZ MÁS CERCA DE LA VERDAD. RENUNCIÓ EL ENCARGADO DE MEDIR LA POBREZA EN EL INDEC

La renuncia de Guillermo Manzano, director de Estadísticas de Condiciones de Vida del INDEC, sacudió los cimientos del organismo que dirige Marco Lavagna. Manzano no era un funcionario más: tenía bajo su órbita los números más sensibles de pobreza y empleo. Su salida dejó flotando demasiadas preguntas.
Lo curioso es que nadie en el organismo quiso dar explicaciones. La noticia fue dada a conocer por el economista Carlos Riello en redes sociales. Manzano había llegado en tiempos de Jorge Todesca -durante la presidencia de Mauricio Macri- y era uno de los técnicos más respetados del Indec. Fue quien avaló la nueva metodología para medir pobreza.
La nueva metodología estaba lista para arrancar, pero quedó en el freezer. Lo motivos son los mismos que frenan la actualización del IPC: el temor a que los números arruinen el relato electoral del oficialismo.
Como sea, la salida de Manzano genera dudas sobre qué pasa puertas adentro del INDEC y, sobre todo, respecto del margen de maniobra que tiene Lavagna para sostener un organismo que ya viene golpeado por las críticas.
Mientras la política discute las ponderación de los precios que determinan la inflación promedio, el organismo -que debería ponerle números claros a esa discusión- se permite perder a uno de sus técnicos clave. Y lo hace sin dar ningún tipo de explicación.
Lo concreto es que en un contexto de desconfianza creciente hacia los números oficiales, el INDEC vuelve a mostrar fisuras internas justo cuando debería mostrar fortaleza.
Con este clima, la sensación es que las estadísticas siguen siendo un campo de batalla, y que al final la pregunta de fondo no es por qué se fue Manzano, sino cuánto más puede resistir la credibilidad del INDEC a prueba de silencios.