LA PERSECUCIÓN EN EE.UU NO RESPETA NI LOS TEMPLOS. DIÓCESIS DISPENSA MISA DOMINICAL A MIGRANTES

El Obispo de la Diócesis de Baton Rouge (Estados Unidos), Mons. Michael Duca, ha dispensado de la asistencia a la Misa dominical a los inmigrantes que temen ser deportados, convirtiéndose en la cuarta diócesis del país que toma esta decisión.
La noticia de la dispensa llega en medio de una mayor presencia de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Luisiana como parte del «Barrido de los Pantanos» de la administración Trump, que, según se informa, incluye el despliegue de 250 agentes de la Patrulla Fronteriza en la región y planes para arrestar a 5.000 personas en Luisiana y Misisipi.
“Con la reciente publicitada llegada de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) al sur de Luisiana y al área metropolitana de Baton Rouge, y dado que muchos fieles temen sinceramente las medidas de control migratorio, lo que les impide asistir a Misa los domingos y días festivos de precepto, por la presente otorgo una dispensa de la obligación de asistir a Misa a aquellos católicos que, con razón, temen participar en ella debido a su miedo”, declaró Mons. Duca “con pesar” en su carta pastoral del 4 de diciembre.
El Obispo de Baton Rouge indicó que la dispensa se mantendría “hasta que el católico determine que es seguro volver a asistir a Misa” o hasta que se revoque la dispensa.
El prelado instruyó a los fieles que optaron por quedarse en casa, de acuerdo con la dispensa, a reunirse en familia para orar el domingo. “Leer las lecturas de la Misa diaria, rezar el rosario o recitar una novena para pedir protección son prácticas espirituales alternativas adecuadas para quienes aceptan esta dispensa”, concluyó.
Mons. Duca se une a los obispos de las diócesis de San Bernardino, Nashville y Charlotte, donde también se otorgaron dispensas este año. “La seguridad nacional y la protección de la dignidad humana no son incompatibles”, continuó en su carta el obispo, pidiendo “una solución justa a esta difícil situación en nuestro país”. Señaló que las deportaciones han afectado no solo a la comunidad hispana católica, sino también a refugiados e inmigrantes de todas las denominaciones. “Estos son nuestros vecinos, compañeros de trabajo y feligreses”, dijo.









