DESCUBREN UNA FORTALEZA DE CINCO MIL AÑOS OCULTA EN LOS BOSQUES DE RUMANÍA

A veces es difícil llegar a las ruinas antiguas. Por suerte para nosotros, la tecnología LiDAR puede hacer posible la investigación de algunos de esos lugares incómodos. LiDAR son las siglas de “light detection and ranging” (detección y alcance de la luz), y funciona emitiendo rápidamente pulsos láser hacia el suelo. A continuación, el sistema mide el tiempo que tarda la luz en llegar al suelo y volver, y utiliza ese tiempo para calcular la elevación. Estos datos pueden utilizarse para crear modelos de alta resolución.
En el pasado, el LiDAR ha ayudado a obtener imágenes de todo tipo, desde el crecimiento de los árboles hasta ciudades perdidas en el Amazonas, y acaba de revelar algo increíble. Esta vez, los investigadores han podido registrar un antiguo asentamiento fortificado en las profundidades de los bosques del condado rumano de Neamț.
“Gracias a la tecnología actual y utilizando escáneres LiDAR pude obtener una imagen fiel de una fortificación de casi 5000 años de antigüedad”. Vasile Diaconu -arqueólogo del estudio- dijo en un post. “En esta ocasión, observamos detalles que no podíamos observar sobre el terreno precisamente a causa de la vegetación”.
El asentamiento data aproximadamente de la transición del Neolítico a la Edad de Bronce. Los investigadores utilizaron métodos no invasivos para obtener imágenes de los yacimientos, lanzando drones equipados con LiDAR para generar una vista aérea de las fortificaciones. Diaconu sostiene que el uso de estas nuevas tecnologías es esencial para la investigación arqueológica.
“Sólo mediante el uso de tecnologías modernas podremos comprender mejor las complejidades de los yacimientos arqueológicos”, afirmó.
Los resultados del estudio muestran que la fortificación era muy elaborada y estaba bien planificada, lo que sugiere que su construcción requirió mucho trabajo.
“Los escáneres LiDAR mostraron que la mayoría de los yacimientos fortificados estaban situados en zonas altas, con buena visibilidad, y estaban reforzados con zanjas e incluso montículos de tierra para aumentar su capacidad defensiva”, explicó Diaconu. “Las mediciones sobre el terreno indicaron que algunas de estas zanjas tenían unas dimensiones impresionantes, con longitudes de varios cientos de metros, lo que requirió un considerable esfuerzo humano en su construcción”.
El proyecto fue una asociación entre Geocad Services, Geo Edu Lab y el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo para la Física de la Tierra, pero también fue una colaboración entre un antiguo profesor y un alumno. Según un post anterior, Diaconu recibió un mensaje de su antiguo alumno -Vlad Dulgheriu-, que estaba interesado en su trabajo arqueológico y casualmente era el propietario de Geocad Services, lo que hizo posible la expedición.
“Sinceramente, me alegro de que mi antiguo alumno haya construido su propia carretera maravillosamente”, decía Diaconu en el mensaje. (Esquire)