EL DESCUBRIMIENTO DEL AMARGASAURUS CAZAUI HECHO POR BONAPARTE

El «lagarto de Amarga» era un saurópodo del Cretácico Inferior. Sus restos fósiles fueron descubiertos por el paleontólogo José Bonaparte en 1991 en un cañón en La Amarga, un pueblo de la provincia de Neuquén ubicado aproximadamente a 70 kilómetros de Zapala.
El nombre cazaui se le atribuye por el Dr. Luis Cazau, un geólogo que trabajaba para la compañía YPF y que en 1983 se unió al equipo de Bonaparte en La Amarga. Este herbívoro habitó la zona hace aproximadamente 120 millones de años. Medía 10 metros de longitud y pesaba alrededor de cinco toneladas.
Se diferenciaba de otros saurópodos por tener dos filas paralelas de púas a lo largo de su espina dorsal desde el cuello hasta la cola. Es posible que estas púas estuvieran cubiertas por piel y formaran una o dos aletas que funcionaran como una estructura termoreguladora utilizada para absorber y liberar calor, para rituales de apareamiento y lucha, y para simular un tamaño mayor.
También pueden haber sido utilizadas para protegerse. El Amargasaurus era cuadrúpedo, tenía cabeza pequeña, cuello largo y una cola de gran longitud que utilizaba a modo de látigo. Sus patas delanteras eran más cortas que las traseras y tenían cinco dedos cada una, incluyendo un pulgar utilizado como protección.
Según las investigaciones de Bonaparte, el Amargasaurus es un pariente cercano de dos especies del Jurásico encontradas en Tanzania. Se cree que comía grandes cantidades de plantas al día para sustentarse y que tragaba las hojas sin masticarlas. Tenía dientes sin filo para poder arrancar el follaje con facilidad. Se movía en manadas y es posible que migrara cuando se agotaban sus recursos alimentarios.









