EL HOMBRE DE ALTAMURA, EL FÓSIL DE NEANDERTAL MEJOR CONSERVADO
Es tan antiguo que se encontró incrustado entre estalactitas y estalagmitas. En 1993, en el sistema kárstico de Lamalunga cerca de la ciudad de Altamura en el sur de Italia, se realizó un extraordinario descubrimiento arqueológico: se encontró un esqueleto de Neandertal, apodado el Hombre de Altamura, que se estima tiene entre 130.000 y 172.000 años de antigüedad.
El hallazgo no solo fue importante por su antigüedad, sino también por el estado de conservación excepcional del esqueleto, que está incrustado en formaciones de espeleotemas y cubierto por concreciones coralinas. El sistema de cuevas de Lamalunga se caracteriza por su complejidad geológica, con formaciones de estalactitas y estalagmitas que han sellado el esqueleto a lo largo de milenios. El Hombre de Altamura fue descubierto en una pequeña y estrecha cavidad de la cueva, que ha proporcionado un ambiente único que ha favorecido la preservación de los restos óseos, pero que a cambio ha dificultado enormemente su extracción y estudio.
Dada la fragilidad del yacimiento y la importancia del espécimen, los investigadores optaron por un enfoque de estudio in situ, empleando tecnologías digitales avanzadas para capturar datos precisos sin perturbar el entorno. Entre 2016 y 2020, el proyecto «KARST» lideró estos esfuerzos, utilizando técnicas de antropología virtual y equipos de imagen digital diseñados específicamente para las condiciones subterráneas desafiantes.
Una de las innovaciones clave fue la reconstrucción digital del cráneo del Neandertal. Utilizando métodos de antropología virtual, los investigadores pudieron extraer virtualmente el cráneo de las formaciones de espeleotemas, creando un modelo tridimensional que ofrece una visión detallada de su morfología. Además, se realizaron estudios radiográficos y endoscópicos para examinar las características internas del esqueleto y evaluar su estado de conservación.
El Hombre de Altamura representa uno de los fósiles de Neandertal mejor conservados jamás descubiertos. El análisis del esqueleto ha revelado una combinación de características morfológicas arcaicas y clásicas, lo que sugiere una complejidad evolutiva que podría redefinir nuestra comprensión de la dispersión y adaptación de los Neandertales en Europa.
El estudio detallado de los dientes del espécimen mostró patologías dentales comunes, indicando aspectos de su dieta y salud general. Además, las características anatómicas observadas en el esqueleto, como las estructuras craneales y la escápula, proporcionan información sobre la variabilidad morfológica dentro de la población Neandertal.
El Hombre de Altamura ofrece una oportunidad sin precedentes para explorar la interacción entre la paleoecología y la evolución humana. Su estado de preservación excepcional permite a los científicos investigar las condiciones ambientales y los factores ecológicos que pudieron haber influido en la vida de los Neandertales.
El contexto en el que se encontró el esqueleto también plantea preguntas sobre la conducta y el uso del espacio por parte de los Neandertales. La disposición del esqueleto sugiere que el individuo pudo haber caído en la cueva o haber sido depositado allí por otros miembros de su grupo. Esto último podría implicar algún tipo de comportamiento ritual o cultural, aunque se requiere más investigación para confirmar tales hipótesis.
A pesar de los avances significativos logrados en el estudio del Hombre de Altamura, el trabajo está lejos de terminar. La investigación enfrenta desafíos logísticos y éticos relacionados con la conservación del sitio y la extracción potencial de los restos para estudios más detallados.
Los investigadores concluyen que los análisis más recientes nos han permitido determinar que el «Hombre de Altamura» era un neandertal adulto que muestra una serie de rasgos morfológicos arcaicos comunes con fósiles de hace unos 200.000 años encontrados en España y que, sin embargo, muestra también rasgos de los neandertales posteriores denominados «clásicos» de hace 60.000-40.000 años. Hoy podemos sugerir con más confianza que el esqueleto, aunque desarticulado y cubierto de concreciones, está completo bajo las capas de calcita, lo que lo convierte en el espécimen neandertal más informativo hasta la fecha.
Los investigadores esperan que, con una planificación adecuada y el coraje necesario, el sistema de Lamalunga pueda convertirse en un referente en el estudio de la evolución humana y en un ejemplo de cómo la ciencia y la comunidad pueden trabajar juntas para preservar el patrimonio paleoantropológico. (LBV)