FINALMENTE EL NANOTYRANUS FUE UNA ESPECIE PROPIA QUE COEXISTIO CON EL T-REX

«Era un cazador más ágil y veloz». Dos estudios esclarecen un largo debate paleontológico sobre un pequeño dinosaurio carnívoro de cinco metros descubierto en 1942. Aunque se creyó que era un joven ‘Tyrannosaurus rex’, se ha demostrado que ‘Nanotyrannus lancensis’, como fue bautizado, era un adulto de una especie de tiranosaurio diferente.-
El dinosaurio carnívoro descubierto en 1942 en Norteamérica ha sido el protagonista de un largo debate científico que, tras décadas de discusión, se puede dar por cerrado. Al principio lo llamaron Gorgosaurus y en 1988, tras un nuevo estudio, fue clasificado como Nanotyrannus lancensis.
Durante mucho tiempo, se debatió si era un ejemplar juvenil de la legendaria especie Tyrannosaurus rex o un tiranosaurio diferente, pero ahora, un equipo estadounidense ha demostrado que era ya un animal adulto, y se trataba, en realidad, de una especie diferenciada.
Los resultados de esta investigación se publican este jueves en la revista Science, pocas semanas después de que otra investigación, recogida en Nature y realizada con otro fósil encontrado en 2006, también concluyera que Nanotyrannus lancensis no fue un T. Rex adolescente.
La investigación difundida en Science se basa en el ánalisis del holotipo de Nanotyrannus, un cráneo fósil conservado en el Museo de Historia Natural de Cleveland que fue hallado en 1942. El equipo dirigido por Christopher Griffin, de la Universidad de Princeton, emplearon un enfoque novedoso para determinar la madurez de este ejemplar: examinando el hueso hioides, situado en el cuello, averiguaron que era ya un adulto cuando murió, descartando la hipótesis de que fuese un joven Tyrannosaurus rex.
«Comparado con el del T. Rex, el hueso hioides de este carnívoro de cuerpo pequeño mostró patrones de crecimiento que sugieren madurez o cercanía a la madurez. Esto nos permite mantener con seguridad el nombre Nanotyrannus, ya que este animal claramente no estaba en fase de crecimiento para convertirse en un Tyrannosaurus rex», ha explicado en un comunicado Ashley Poust, conservador de Paleontología de Vertebrados de la Fundación Voorhies y coautor del artículo.
Así, los científicos estiman que el Nanotyrannus medía 5,5 metros de longitud y pesaba unos 680 kilogramos, frente a los más de 12 metros y ocho toneladas de peso que podía alcanzar un Tyrannosaurus rex.-
La conclusión coincide con la de otro estudio, publicado el 30 de octubre en Nature. Para esa investigación, se analizaron un supuesto fósil de Nanotyrannus encontrado en Montana (EEUU) de hace unos 67 millones de años de antigüedad, y que se conserva en el Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte.
El fósil es parte de un raro espécimen denominado ‘Duelo de Dinosaurios’ que contiene dos dinosaurios enzarzados en un combate: un Triceratops y un tiranosaurio de pequeño tamaño. El equipo que firmó ese trabajo confirmó que este tiranosaurio de pequeño tamaño es un Nanotyrannus lancensis adulto, no un T. rex adolescente, como muchos científicos creían. Según estiman, el espécimen murió a los 20 años.
«Este fósil no solo resuelve el debate. Revoluciona décadas de investigación sobre el T. rex», sostiene Lindsay Zanno, jefa de paleontología en el Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte y coautora del estudio publicado en Nature.
Y es que durante años, los paleontólogos han utilizado fósiles de Nanotyrannus para modelar el crecimiento y el comportamiento del T. rex. Pero estos resultados muestran que esos estudios se basaron en dos animales diferentes y que múltiples especies de tiranosaurio habitaron los mismos ecosistemas durante el último millón de años previo al impacto del asteroide que desencadenó su extinción, hace unos 65 millones de años.
Como parte de esta investigación publicada en Nature, examinaron más de 200 fósiles de tiranosaurios y descubrieron, por ejemplo, que un esqueleto que anteriormente se creía que representaba a un T. rex adolescente, era ligeramente diferente al Nanotyrannus lancensis del fósil ‘Dinosaurios en duelo’. Por eso, le bautizaron como N. lethaeus (en la mitología griega, el río Leteo hace referencia al olvido y es un guiño a cómo esta especie permaneció oculta y olvidada durante décadas)
La confirmación de que Nanotyrannus no era un T. Rex significa que la diversidad de depredadores en el último millón de años del Cretácico fue mucho mayor de lo que se creía y plantea nuevas cuestiones sobre la complejidad de los ecosistemas en los que vivían los dinosaurios. «Tenemos al menos dos carnívoros de diferentes tamaños en el mismo entorno, lo que tiene importantes implicaciones para la ecología y la extinción de los dinosaurios», señala Ashley Poust.
Para Lindsay Zanno, este descubrimiento ofrece una visión más rica y competitiva de los últimos días de los dinosaurios: «Con un tamaño enorme, una poderosa fuerza de mordida y una visión estereoscópica, el T. rex era un depredador formidable, pero no reinaba sin rival. A su lado, el Nanotyrannus, era un cazador más delgado ágil y veloz», compara. (El Mundo)









