«HAY QUE REALIZARSE ESTUDIOS MÉDICOS ANTES DE INICIAR ACTIVIDADES FISICAS DE RELATIVA INTENSIDAD»
Nota de opinión de José María Oribe (*): El episodio de muerte súbita de una joven corredora que participó de la última media maratón de Buenos Aires, denominada 21K, pone el foco una vez más en la importancia de no subestimar la enfermedad cardiológica en las mujeres y hombres, de realizar un entrenamiento paulatino frente a un deporte que exija al máximo al corazón y de realizar estudios preventivos previos.
En este caso, tras la rápida activación de la cadena de emergencia y la capacitación en maniobras de reanimación cardiopulmonar, RCP, como así también la pronta disponibilidad de un desfibrilador (DEA), se logró salvar la vida de la corredora quien muy probablemente desconocía que su corazón tenía alguna disfunción.
Las enfermedades cardiovasculares causan la muerte de 1 de cada 3 mujeres, a nivel global como en nuestro país. La enfermedad cardiovascular no es patrimonio de los hombres, tal como aún hoy es considerado en el imaginario social.-
De hecho, de acuerdo a las últimas estadísticas correspondientes al año 2020 del Ministerio de Salud de la Nación, fallecieron 48.530 mujeres por patologías cardiovasculares sobre un total de 166.285 decesos femeninos por causas conocidas, lo que representa casi 1 de cada 3 fallecimientos. Es de destacar que las cifras de mortalidad por esta causa no difieren con las de los varones, que en ese mismo año ascendieron a 48.402.
‘Dentro de los eventos coronarios, la muerte súbita es muchas veces la más inesperada, pero no por ello es menos prevenible: las mujeres también deben realizarse estudios específicos que evalúen la salud del corazón y el estado de los distintos factores de riesgo, mucho más aún si prevén realizar actividad física intensiva’.
Así lo afirmaron especialistas de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), destacando la importancia de actuar rápidamente ante un episodio coronario, lo que implica contar con personas capacitadas en RCP y la disponibilidad de un desfibrilador, tal como ocurrió recientemente en un evento deportivo en Buenos Aires.
En efecto, el 21 de agosto pasado, durante la denominada Media Maratón 21K realizada en Buenos Aires con la participación de más de 20 mil deportistas, una joven atleta de mediana edad presentó un paro cardiorrespiratorio al finalizar la competencia.
Afortunadamente a pesar de haber permanecido entre 6 a 8 minutos con cese de la actividad cardíaca, como resultado de las maniobras de masaje cardíaco a cargo de un equipo médico y la utilización del desfibrilador externo automático logró salir de ese cuadro de urgencia y recuperarse.
“Es fundamental tener en cuenta que las mujeres, al igual que se realizan regularmente un chequeo ginecológico, a la hora de realizar un ejercicio extremo deben examinar también en forma anual su corazón. Más aún si se toma en cuenta que este tipo de muerte repentina se da en personas con corazones estructuralmente normales, que no tienen problemas musculares ni vasculares visibles, ni aun microscópicamente.
No obstante, pueden existir, entre otras condiciones, trastornos eléctricos primarios que una vez desencadenados nos llevarán muy fácilmente a una arritmia rápida de los ventrículos, denominada fibrilación ventricular, que es una desorganización en todo el sistema de conducción del sistema eléctrico del corazón, lo cual provoca la muerte, independientemente de la causa que la está ocasionando”, explica la Dra. Bibiana Rubilar, cardióloga intervencionista y directora del Área Corazón y Mujer de la Sociedad Argentina de Cardiología, SAC.
“Pensar en la posibilidad de que un deportista pueda tener una muerte súbita, resulta inesperado, ya que nada se asocia más a la salud que la práctica de la actividad física. No obstante, -explica la Dra. Rubilar-, en estas personas y sobre todo en quienes se encuentran por debajo de los 30 años, las principales causas de un episodio de este tipo suelen tener origen hereditario; en muchos casos identificamos las causas, pero hay hasta un 30% de muertes súbitas en las que se desconoce el origen”.
Quienes quieran practicar un deporte de gran exigencia, como es correr una maratón, deben tener en cuenta que el cuerpo humano no está diseñado para realizar pruebas de gran esfuerzo, por lo cual los especialistas destacan la importancia de realizar una serie de pruebas médicas previas para verificar que el aparato cardiovascular esté sano.
Ahora bien, frente al interrogante de si un electrocardiograma o una ecografía del corazón son suficientes antes de disponerse a practicar un deporte de alto rendimiento, en opinión de los expertos la respuesta es que no.
Para quienes quieran participar de una carrera en la calle, como la que tuvo lugar recientemente en Buenos Aires, tienen que saber que es fundamental contar con un examen integral realizado por un médico cardiólogo que descarte situaciones que pudieran poner en riesgo la salud durante el evento deportivo.
Es posible que para comenzar con participaciones en carreras cortas, sea suficiente contar solo con un instructor que los guíe, pero a medida que se vayan extendiendo las distancias a recorrer, será necesario un control de tipo profesional», explicó el Dr. Jorge Franchella, médico deportólogo y cardiólogo, Director del Programa de Actividfad Física por la Salud y el Depiorte, Hospital de Clínicas (UBA).
«Lo primero que se debe hacer es un plan de entrenamiento relacionado con la intensidad que el corazón deberá tolerar. Luego, en sintonía con la característica del objetivo deportivo, se modificará el tipo de estudios médicos y evaluaciones complementarias», agregó el especialista.
“Serán necesarios un electrocardiograma, una ergometría y también evaluaciones de mayor nivel de precisión como el ecocardiograma y la prueba cardiorrespiratoria.
Hay que tener en claro que necesitamos también un tiempo suficiente para que nuestro organismo se adapte al esfuerzo, ya que para poder correr distancias mayores a los 5000 metros, habitualmente se requieren al menos de 8 meses a un año de entrenamiento, que deberá ser gradual y supervisado por un profesional idóneo, que lo planifique teniendo en cuenta nuestra edad, antecedentes deportivos, niveles de entrenamiento previos y los períodos de recuperación después de cada prueba”, subrayó el Dr. Franchella, quien también es Director del Consejo de Cardiología del Ejercicio de la SAC.
“Sabemos que las enfermedades cardiovasculares suelen ser mucho más agresivas y riesgosas en las mujeres con respecto a los hombres, por esto, además del chequeo anual preventivo, el inicio de cualquier actividad deportiva debe ser siempre supervisada por expertos y con una alimentación acorde a la actividad a realizar sin que ello represente algún tipo de carencia para el normal funcionamiento de todo nuestro organismo.
Una dieta bien equilibrada debe incluir no sólo frutas y verduras sino también otros alimentos indispensables para la generación de la energía necesaria, como son los hidratos de carbono y proteínas, todo en su justa proporción como así también la hidratación correcta diaria y reforzada más aún en este tipo de actividades”, agregó la Dra. Rubilar.
No obstante todas estas recomendaciones, si pese a todos los cuidados la muerte súbita ocurre, cada minuto contará para salvar la vida de la persona, porque claramente es una emergencia. En opinión del Dr. Roberto Campos, médico cardiólogo, Vocal del Consejo de Emergencias Cardiovasculares y Cardiología Crítica “Dr. Rafael Bullrich” de la SAC, “sabemos que, dado que la muerte súbita se produce en pacientes aparentemente sanos, es difícil su prevención. No obstante, se puede trabajar sobre factores de riesgo cardiovasculares: hipertensión arterial, obesidad, diabetes y tabaquismo, entre otros”.
“Ahora bien, cuando ocurre y estamos frente a una persona que se desmayó, es fundamental constatar inmediatamente signos de muerte súbita: pérdida de conciencia, ausencia de respuesta a estímulos, falta de respiración y pulso.
Si se constata que es un caso de muerte súbita, de forma inmediata se debe iniciar la cadena de supervivencia del paciente, llamando al servicio de emergencias e iniciando compresiones torácicas con una frecuencia de 100 compresiones por minuto.
El único tratamiento efectivo para detener la muerte súbita es la desfibrilación precoz, que consiste en una descarga eléctrica en el corazón mediante palas o parches que tratan de reiniciar la actividad del corazón con un Desfibrilador Externo Automático (DEA).
Si no se dispone de un DEA cercano, se debe realizar RCP con compresiones torácicas hasta la llegada del servicio de emergencias”, explicó el Dr. Campos.
En el caso de la deportista de 30 años, que tras cruzar la meta presentó un episodio de muerte súbita, inmediatamente fue atendida por el equipo médico de la organización y al minuto del colapso se la ingresó al shock room del puesto médico central. Participó activamente del procedimiento el propio Dr. Roberto Campos.
“La evaluamos y constatamos que estaba en paro cardíaco por arritmia ventricular, y comenzamos con las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y el uso de desfibrilador (DEA), y en menos de 6 minutos recuperó pulso y ritmo cardíaco normal.
En paralelo, mientras se realizaba la reanimación, llevamos a cabo el operativo de evacuación, para trasladarla una vez que estuviera estabilizada, dando aviso al Hospital Fernández para recibir a la paciente, donde llegó, ya consciente y recuperada, unos 22 minutos después de haber presentado el evento”, relató el Dr. Campos, quien destacó que en gran medida el éxito del abordaje estuvo dado por la buena organización de un plan de cardio-asistencia implementado en la maratón.