LA JUNTA VECINAL DE SANTO CRISTO REPUDIA EL ACCIONAR Y PIDE REMOCIÓN DEL PADRE HUGO

Hay Iglesias e Iglesias. Por suerte el dueño de la estancia es otro y los capataces a veces no tienen la altura necesaria para cuidar la hacienda. No puede haber malos tratos y se debe tratar de continuar el buen trato, humildad, generosidad y participación al que están acostumbrados en este caso fieles de toda la vida, a los sacerdotes salesianos.-
En este caso y a través de una carta dirigida al obispo de la Diócesis Juan José Chaparro, la comisión directiva de la junta vecinal del barrio Santo Cristo, que preside Lidia Vargas, pidió la remoción del padre Hugo Ramírez, cura párroco de la parroquia Santo Cristo, por múltiples razones.
La carta textualmente señala: “Queremos hacerle llegar, más allá que lo hemos hablado personalmente, nuestra mala experiencia con el padre Hugo Ramírez, párroco de nuestra querida parroquia Santo Cristo que se encuentra en nuestro barrio”.
“Venimos trabajando como junta vecinal desde el año 2016. Con altibajos hemos logrado algunos objetivos de los tantos que tenemos en mente y que soñamos para nuestro barrio y el bienestar de sus vecinos. Estos últimos años hemos tenido en varias oportunidades reuniones con el padre Hugo y todas con respuestas negativas de parte de él.”
“Por ejemplo, solicitamos un pequeño espacio en el predio de la parroquia para colocar una casilla y poder tener un lugar donde trabajar como junta vecinal; en esa oportunidad se negó totalmente. Luego le solicitamos la posibilidad que nos prestara las instalaciones del salón (que vale recordar fue edificado con el esfuerzo, la dedidación y los recursos de la feligresía no de la Iglesia), para una venta de empanadas porque necesitábamos recaudar fondos para gastos corrientes y para comprar materiales para un árbol de Navidad el cual se haría en hierro y también se negó.”
“Sabemos perfectamente la situación que atraviesa la parroquia, por lo tanto al realizar cualquier evento o el uso de las instalaciones, aportaríamos para los gastos de servicios que ocasionáramos. El día miércoles 1° de diciembre tres integrantes de esta comisión se reunieron nuevamente con el padre Hugo para pedirle el permiso correspondiente para colocar el árbol de Navidad que se elaboró y hacer el encendido el 8 de diciembre, como lo veníamos haciendo.”
“Lamentablemente se llevaron una desagradable respuesta; no solo se negó nuevamente sino que los trató muy mal, diciendo que la junta vecinal no le ayuda en nada, que tampoco lo hacen los políticos y varias cosas más, que poco tenían que ver con el tema en cuestión. Al vicepresidente le pidió que se sacara el barbijo para reconocerlo; éste se negó ya que estamos en pandemia y por una cuestión de seguridad no lo hacía, a lo que el padre lo echó de la reunión mandándolo a la m…. .”
“En ese momento, notaron que el padre estaba muy alterado ya que los insultó y tuvieron que retirarse llorando, quedando con un estado de nerviosismo. El «padre» Hugo fue grosero, mal hablado, mal educado e insolente. No comprendemos por qué una persona así, está al frente de una parroquia durante casi 16 años, y que no solo ha tenido estas actitudes hacia nuestra comisión, sino con personas ligadas a la parroquia en los 50 años que ésta tiene. Muchos se terminaron yendo por no soportar estas situaciones.
“Por todo lo expuesto, es que repudiamos enérgicamente lo acontecido con nuestros integrantes y solicitamos de manera unánime, sea removido del cargo que tiene frente a nuestra parroquia, la cual nunca tuvo este tipo de inconvenientes en años anteriores a la llegada del padre Hugo.
Al contrario, fue siempre de puertas abiertas y muchísima gente compartía momentos hermosos, se podía ver chicos y jóvenes participando de actividades constantemente y cada noviembre, mes de su aniversario, las fiestas patronales eran la alegría del barrio.”
“Esa es la parroquia que queremos y no, la de la desidia, la del abandono. Sin otro particular, agradecemos su disposición para leer esta carta y quedamos a la espera de una respuesta”, concluye la Junta Vecinal.
Según se explicó desde la Junta Vecinal se decidió hacer pública la situación, debido a que la misiva fue enviada al Obispado en el mes de diciembre pasado sin respuesta hasta la fecha y los desagradables comportamientos del párroco se mantienen de la misma forma, el vacío y ausencia de fieles permanece, lo cual indigna a los vecinos del barrio.