MILEI SE OBLIGA A MÁS DIPLOMACIA Y CONSENSO CON EL MUNDO EN EL G-20
La guerra de Ucrania asoma como un dilema para Javier Milei mañana martes cuando los jefes de estado reunidos en el G20 busquen emitir una declaración conjunta. Por un lado, según pudo conocer LPO, los jefes del G7, a través de Emmanuel Macron, le piden al presidente que acompañe una condena a Rusia por su ataque del sábado en la noche a Ucrania.
Luego de candidatearse a bufón gratuito de los republicanos en Maralago en la renión de Trump adonde se puso a bailar para mostrarse simpático y de donde lo bajaron del atrio cuando se pasó de los tres minutos que le habían dado para elogiar a Trump, llegó a Brasil donde fue recibido muy fríamente por Lula Da Silva, presidente y organizador.-
Por el otro lado, señala LPO que Milei quiere alinear su política exterior con la Casa Blanca de Donald Trump, que tiene una línea inicial de no chocar con Rusia. La clave para una salida por el medio podría estar en lo que hizo el mandatario este lunes con la declaración sobre pobreza y el documento final que emitieron los participantes del foro: Milei acompañó el texto de Lula Da Silva pero con reservas, una suerte de notas al pie de página.
En ese marco, el Gobierno suscribe la declaración del G20 pero, limitan la libertad y, fundamentalmente, asignan un rol demasiado fuerte a los estados en la misión de abolir la pobreza. «Por primera vez desde que es parte, el Gobierno Nacional firmó la declaración de presidentes disociándose parcialmente de todo el contenido vinculado a la Agenda 2030, sostiene un comunicado oficial que se envió desde la Casa Rosada a Rio de Janeiro.
«Los organismos y foros internacionales como el G-20, se crearon con el espíritu de que todas las naciones involucradas pudieran reunirse para cooperar de forma voluntaria, en calidad de iguales y autónomas, para, entre otras cosas, salvaguardar los derechos básicos de las personas. Sin embargo, hoy, a casi 70 años de haberse inaugurado este sistema de cooperación internacional, llegó la hora de reconocer que este modelo está en crisis, porque desde hace tiempo que está en falta con su propósito original», continúa el texto.
«El Presidente Javier Milei ha dejado en claro en su participación del G-20 que no acompaña varios puntos de la declaración, entre ellos; la promoción de la limitación de la libertad de expresión en redes sociales, (allí Milei tiene a ss principales difusores pagos y ofensores indiscriminados de quienes no piensan como él) el esquema de imposición y vulneración de la soberanía de las instituciones de gobernanza global (que impiden o condenan los atropellos a las libertades y derechos humanos), el trato desigual ante la ley (de ricos y pobres) y especialmente, la noción de que una mayor intervención estatal es la forma de luchar contra el hambre» (que no comparte porque lo considera un gasto innecesario), detalla.
Bajo este esquema, Milei acompañaría el documento final que aún no terminó de resolverse y será oficializado mañana, pero hace sus consideraciones sobre la guerra en Europa que estén en sintonía con las ideas del republicano. Debe decirse: las consideraciones del G20 en los últimos años han perdido intensidad y se asemejan más a cartas de buenos deseos, pero sin mecanismos que las hagan vinculantes.
Muy lejos de la impronta que Barack Obama les dio a estos foros a partir del 2008, cuando Estados Unidos salía de la crisis de las hipotecas subprime.Otro detalle visible en el foro: los presidentes lucen más enfocados en sus agendas bilaterales, donde se alcanzan arreglos políticos y empresariales, que en ponerse de acuerdo sobre la declaración.
De todas formas, sumar a Argentina a la propuesta contra el hambre y evitar que rompa con el documento de consenso final es una victoria de diplomática de Lula que puso una meta ambiciosa de acuerdos que en muchos aspectos estaba enfocado en elementos de la política interna de Brasil. Así y todo, Milei decidió acompañar con sus reparos. (LPO)