El Ejército de Terracota, una de las mayores maravillas arqueológicas de China, ha sorprendido una vez más al mundo con un descubrimiento inédito. Desde su hallazgo en 1974, el Ejército de Terracota ha revelado innumerables secretos sobre la estructura militar del primer emperador de China, Qin Shi Huang.

Un grupo de arqueólogos hallaron en una zona poco explorada del sitio los restos de una estatua que representaría a un comandante de alto rango, un hallazgo que podría cambiar la comprensión sobre la organización militar de la dinastía Qin.

La figura descubierta recientemente presenta detalles nunca antes vistos en este conjunto de más de 8 mil guerreros de arcilla. El equipo de investigación, liderado por el arqueólogo Zhu Sihong, explicó que mientras la mayoría de los soldados se encuentran en el Pozo Uno, el Pozo Dos alberga elementos adicionales como carros de guerra y caballería.

En este sector, la aparición de una figura con características únicas indicó que podría tratarse del comandante más importante del ejército que se ha inmortalizado en estas estatuas legendarias. Según declaró Sihong a la cadena estatal CCTV: “Basándonos en su ubicación y en los detalles de su vestimenta, creemos que esta figura podría representar al comandante militar de mayor jerarquía de la unidad”.

Más allá del rango del personaje representado, la estatua presenta detalles innovadores en su armadura. Los arqueólogos identificaron patrones de colores, cintas y nudos florales que nunca antes se habían documentado en el Ejército de Terracota.

Estos elementos sugieren una jerarquización más compleja de la que se conocía hasta ahora y aportan valiosa información sobre la vestimenta militar de la dinastía Qin.

Xiuzhen Janice Li, arqueóloga de la Universidad de Oxford, analizó la relevancia del descubrimiento: “El estilo y los colores de los adornos reflejaban el gusto estético y los símbolos de estatus de la época. La disposición de los oficiales en la formación militar nos da pistas sobre su estrategia y sistema de mando”.

La investigación también reveló que, aunque hoy las esculturas parecen uniformemente de terracota, originalmente fueron pintadas con colores vivos que representaban con precisión los uniformes de la época.

Algunos de estos pigmentos se han rastreado en la estatua del comandante, lo que permite reconstruir su apariencia original.

A pesar de este importante hallazgo, uno de los mayores enigmas de la arqueología china sigue sin resolverse: la tumba de Qin Shi Huang permanece intacta.

Se cree que los altos niveles de mercurio presentes en las salas selladas representan un peligro significativo.

Según antiguos registros históricos, el emperador ordenó que su tumba estuviera protegida con ríos de mercurio líquido, lo que podría causar una reacción química devastadora si se abriera.

Por esta razón, los arqueólogos han decidido mantener la tumba sellada, preservando el enigma de lo que yace en su interior.

A pesar de los avances en tecnología arqueológica, el reposo eterno del emperador sigue siendo un misterio que quizás nunca se resuelva.

El Ejército de Terracota continúa asombrando al mundo con cada excavación. El hallazgo del comandante superior ofrece una nueva perspectiva sobre la organización militar de la dinastía Qin y su sofisticado sistema de jerarquía.

Sin embargo, el misterio más grande, la tumba de Qin Shi Huang, sigue intacto, desafiando a la historia y a la arqueología moderna.

Con cada nuevo descubrimiento, el pasado de China se reescribe, y el enigma del primer emperador sigue cautivando la imaginación del mundo entero. (Excelsior)