SORPRENDE NUEVO TESTIMONIO SOBRE LA MUERTE DE SANTIAGO MALDONADO
Cuando se suponia que no habría nuevos testimonios que puedan abonar a la causa, Página 12 publicó el de una profesional civil que trabajó para Gendarmería Nacional en Esquel, en 2017. Incorpora presuntas revelaciones importantes en la causa que investiga la muerte de Santiago Maldonado, tras un operativo de desalojo de una protesta en ruta nacional 40 en respaldo a la Lof Cushamen.
Página 12 infirmó hoy que el fiscal federal de Esquel, Federico Baquioni Zingaretti, solicitó al juez Gustavo Lleral que reserve la declaración de una testigo hasta que la Corte Suprema resuelva el recurso planteado por la familia de Maldonado.
La testigo es una profesional civil de Gendarmería que “declaró que en su consultorio varios gendarmes comentaron el operativo del 1 de agosto de 2017 en la Pu Lof de Cushamen, y dijeron que ‘había un detenido, se referían a él como el ‘hippie’, lo habían detenido en la zona del campo de (Luciano) Benetton”, señala el medio que accedió al dictamen que el fiscal presentó al juez.
Según se informó, la testigo indicó que al día siguiente del operativo, el comandante Juan Pablo Escola, jefe del Escuadrón 36 de Esquel, Chubut, le pidió que escondiera una caja donde había un arma, celulares y un trapo sucio.
El testimonio que se presentó ante la fiscalía quedará en reserva hasta que la Corte se expida respecto de la recusación del juez Lleral, que se pronunció por el cierre de la causa.
La profesional pertenece al área de Sanidad del Escuadrón 36 y actualmente se encuentra en disponibilidad.
La testigo dijo que el 2 de agosto de 2017 «asistieron a su consultorio F.D y E.J. y manifestaron que en la estancia Leleque, propiedad del magnate italiano, había una unidad, una sección Gendarmería. Lo que referenciaban era que había detenida una persona y la habían llevado ahí porque había mucho alboroto, situaciones de violencia».
El relato agrega que días después, el comandante Escola le pidió «una gauchada»: que guardara una caja y le advirtió que se realizaría un allanamiento en la base. También le indicó que «se callara la boca, que ella sabía lo que tenía que hacer, que era una orden y que no preguntara más nada». La caja la dejó sobre el escritorio.
El 10 de agosto comenzó el allanamiento, pero no ingresaron a su consultorio. Posteriormente la esposa del comandante que le entregó la caja fue a retirarla.