UN TERMÓMETRO SOCIAL…

Nota de opinión de roberto Fermin Bertossi (*): Durante esta primera quincena del julio neoyorquino, empezó a realizarse otro foro [FPAN] Múltiples crisis (desempleo, hambre, violencia, inseguridad, migraciones, ecología, etc.), resultaron decisivas para su convocatoria en pro de ir pergeñando mediante una inedita y plausible convergencia internacional, remedios y aplicaciones eficaces; en otras palabras, tensegridades innovadoras, resilientes, climaticamente sustentables.
Reforzar el objetivo de «Erradicar la pobreza » comprendido en la Agenda 2030′, determinó ese evento organizado por el Consejo Económico Social de Naciones Unidas.
El mismo es una prolongación de la Cumbre sobre los ODS acontecida en septiembre 2023′ y prolegomeno de la próxima Cumbre del Futuro prevista para el 22 y 23 del septiembre por venir.
Precisamente, Antonio Guterres como Secretario General de la ONU dijo entonces en su conclusión: un «Momento de Unidad» para hacer una realidad sostenible y duradera a dichos objetos [Educación, medio ambiente, alimentos, pobreza, género, etc].
A todo esto Agentina viene atravesada por un cruel invierno con inedito desempleo, hambre y frío. Ahora bien, la pobreza e indigencia vernácula, es consecuencia de causas más endogenas que exogenas en el duro y variado catálogo multicausal de la pobreza global; claramente un flagelo complejo al margen de soluciones uniformes e inmediatas.
De ahí que cada país deba encontrar y plasmar soluciones singulares adecuadas para resolver este lacerante problema y desafío vital.
Para ello deberemos alcanzar con toda premura e innovación, la realidad de un crecimiento nutritivo y compartido con educación y corresponsabilidad ambiental, la firme e innegociable recuperación posible del dinero y los bienes de una corrupción estructural impune; la defensa y sostenimiento del valor de la moneda [también activando determinadamente la postergada educación para usos y consumos, responsables e inteligentes] y la dignidad del trabajo; centrifugandose todo en una mayor y mejor equidad e igualdad en la distribución de los ingresos resultantes de la optimizacion o renovado desarrollo de sus activos humanos y naturales.
Recien asi podremos suscribir un compromiso social federal, con audacia, equidad y fraternidad en franca co responsabilidad personal y comunitaria; sin dirigentes enriquecidos con sus representados vilmente empobrecidos en un oximoron de simultaneidad.
Por su parte, la transversalidad e interdependencia climatico-ecologica, nos exige fundamentalmente la concreta aceptación de sus novedosos y crecientes desafíos, mediante políticas ambientales apropiadas, a partir de la conservación, incremento y cuidado de lozanía tal traducibles en diversos y abundantes recursos, de los que al fin y al cabo, depende centralmente toda su población.
Caso contrario, continuará impactando negativa e imperceptiblemente en toda lucha posible contra la pobreza en el marco de sus posibilidades naturales.
Asimismo, toda política o administración que sólo persiga «a cómo de lugar » aumentar y acumular la producción, sin asegurar sustentabilidad y redistribución, más temprano que tarde podría derivar en un declive pronunciado e irresponsable de la producción nacional, pauperizando con ello la ya bochornosa pobreza actual; algo que ya aflige o agobia inaceptablemente, de uno u otro modo, a más de la mitad de los argentinos, pero conmueve que entre todos ellos de cada diez, seis sean niños!
(*) Roberto Fermín Bertossi – Experto Coneau Cooperativismo