UNA GRAN CIUDAD MAYA CON PIRÁMIDES Y MÁS DE 6.500 ESTRUCTURAS, ENCONTRADA EN CAMPECHE
En los últimos años, la tecnología de detección y mapeo mediante Lidar (Light Detection and Ranging) ha transformado la manera en que los científicos estudian antiguas civilizaciones, permitiendo analizar amplias zonas desde la comodidad de un laboratorio. Tal es el caso de un equipo de investigación de la Universidad de Tulane, el cual ha desvelado la existencia de vastos asentamientos mayas inexplorados en el estado mexicano de Campeche.
El proyecto de investigación, liderado por el estudiante de doctorado Luke Auld-Thomas junto a su asesor, el profesor Marcello A. Canuto, ambos afiliados al Instituto de Investigación Mesoamericana de Tulane (MARI), utilizó la tecnología Lidar para estudiar una extensión de 130 kilómetros cuadrados en Campeche.
Este estudio resultó en el descubrimiento de más de 6.500 estructuras prehispánicas, incluyendo una gran ciudad desconocida que cuenta con pirámides de piedra (a la que han denominado Valeriana), características de la arquitectura monumental maya.
El Lidar funciona mediante la emisión de pulsos láser que permiten medir distancias y generar modelos tridimensionales detallados del terreno, incluso en áreas cubiertas de espesa vegetación, como las selvas tropicales. Esta tecnología ofrece la posibilidad de detectar anomalías en el paisaje que pueden representar estructuras como pirámides, viviendas y otras infraestructuras propias de la civilización maya, lo cual facilita a los arqueólogos y antropólogos explorar lugares de difícil acceso.
Según Canuto, quien también es director del MARI, el Lidar nos enseña que, al igual que muchas otras civilizaciones antiguas, los mayas de las tierras bajas construyeron una diversidad de ciudades y comunidades en su paisaje tropical. La investigación, publicada en la revista Antiquity, se enfoca en una zona de Campeche que hasta ahora había sido relegada en las investigaciones arqueológicas tradicionales.
De acuerdo con Auld-Thomas, el análisis del Lidar mostró no solo una región densamente poblada, sino una significativa variedad en los asentamientos. No solo hallaron áreas rurales y pequeñas comunidades, sino también una gran ciudad con pirámides, próxima a la única carretera de la zona, cerca de un pueblo donde los agricultores han trabajado entre las ruinas sin que el gobierno o la comunidad científica tuvieran conocimiento previo de su existencia.
Este hallazgo es particularmente impactante, ya que subraya que aún existen muchos aspectos desconocidos sobre los mayas y que hay mucho por descubrir. A través de la aplicación de la tecnología Lidar, el MARI ha abierto una nueva dimensión en la investigación arqueológica, y este avance ha sido posible gracias al financiamiento de la Fundación Hitz, que durante la última década ha respaldado los esfuerzos del instituto para la recopilación y análisis de datos de detección remota.
El laboratorio de Sistemas de Información Geográfica (SIG) del MARI, dirigido por el profesor investigador Francisco Estrada-Belli, es un referente en el análisis de datos Lidar, permitiendo al equipo profundizar en los complejos patrones de asentamientos mayas.
Además de revelar ciudades previamente desconocidas, esta investigación aporta valiosas pruebas para debates en curso sobre la extensión real de los asentamientos mayas y la densidad de su población. Como apunta Auld-Thomas, el Lidar permite mapear áreas extensas de forma rápida y precisa, generando una imagen detallada de la distribución de las estructuras.
Sin embargo, se ha argumentado que los estudios previos se han enfocado principalmente en sitios grandes y conocidos, como Tikal, lo que podría haber distorsionado la percepción de las tierras bajas mayas. Algunos críticos sugieren que, en realidad, la mayoría del área maya podría haber sido predominantemente rural, siendo los grandes asentamientos una excepción en lugar de la norma.
Los descubrimientos en Campeche desafían esta visión, mostrando que la civilización maya desarrolló una red de comunidades de distintos tamaños y grados de complejidad en un vasto entorno tropical. En palabras de Canuto, al igual que otras civilizaciones antiguas, los mayas de las tierras bajas tejieron una rica diversidad de pueblos y comunidades en su entorno.
Mientras algunas áreas están llenas de parches agrícolas y alta densidad de población, otras solo cuentan con pequeñas comunidades. No obstante, ahora podemos ver el impacto que tuvieron los mayas en su entorno para sustentar una sociedad compleja y de larga duración. (LBV)