VIAJAR A CHILE CON UNA ACTITUD DIFERENTE Y MUCHA PACIENCIA, ES IMPRESCINDIBLE
Para los regionales viajar a Chile es una costumbre tanto para comprar algo, pasear o descansar. Pero evidentemente hubo una involución en el trato que recibimos, según los relatos y comentarios de quienes se comunican con nosotros.
Sobre la aduana chilena las críticas recibidas hablan del trato diferencial a chilenos de argentinos desde el estacionamiento mismo donde, por desconocimiento por ejemplo, a veces se transita equivocadamente o se estaciona mal y fueron objeto de críticas en voz alta y hasta fotografías para infraccionar, tolerando los mismos errores a sus compatriotas que viajaban y maniobraban adelante mismo de ellos, por ejemplo.-
No tienen previsto agilizar los trámites cuando por ejemplo, a la ventanilla se acerca un trasandino sin los papeles suficientes y se demora mientras averiguan o consultan si los dejan pasar igual, en fin, sin tener en cuenta que demoran las enormes colas que se van formando.
También ocurrió con otro vecino cuando alguien imposibilitado de salir de Chile por ejemplo, no entiende que no puede salir. No lo hacen circular a otro lugar y que deje liberada la ventanilla para ateder a otros.-
La mayor sorpresa y desagrado nos comentaron casi todos, la tendrán cuando lleguen a las tiendas. Los que van por primera vez se asombran con que las liquidaciones sean exactamente eso y ahí está la mayor oportunidad para ahorrar, pero hay que caminar y comparar. En cambio, ya no es tan rentable comprar productos tecnológicos y mucho menos neumáticos porque el control en Samoré se realiza.-
No hay más probadores en las tiendas y en consecuencia la sugerencia es «llévela y si no le va la cambia mañana» (¿?) o probársela sobre la ropa y además no va a encontrar un vendedor que lo/la asesore sobre prendas, tamaños o precios pues el personal es sensiblemente menor al que existía antes de la pandemia por ejemplo.
Hoy por hoy, es un autoservice brutal y fatal para quienes estamos acostumbrados a que se nos facilite y no dificulte comprar.-
Evidentemente la pandemia ha cambiado todo o se ha usado como excusa para hacerlo ya que en todas las tienda grandes, encontrará al final del local la fila de cajas y una disminución de empleados indisimulable respecto a un par de años atrás.-
Lo que cambió en general y todos lo han notado y comentado también, es la actitud con que se recibe y trata al argentino no por propietarios o gerentes o gente relacionada al turismo, sino por empleados y gente común sobre todo de mediana edad o más jóvenes que parecen sentirse suizos o norteamericanos, sin tener siquiera calles con ese nombre ¿no? Tal vez y sólo tal vez haya tenido que ver la tercera copa del mundo…
Advertimos también el cambio evidente en el trato al argentino que recibieron lectores en Aguas Calientes donde el salario (que debe ser muy escaso) que reciben los empleados los hace desesperarse por la propinas (que surgen de precios irreales que la empresa misma coloca) porque es lo que les dignifica el trabajo y da un salario más lógico. Trasladan insólitamente su malestar al cliente.-
Por lo demás la demora y espera en los accesos a las aduanas, las colas para realizar los trámites, la demora en la revisión vehicular, sigue siendo igual en ambas fronteras y nada ha cambiado. Y no olvide que su gasto aún tiene un plus si es por tarjeta, un recargo por haberse abinado en el exterior.-