WERETILNECK PIENSA REELEGIR Y AVANZA EN TENER UN NUEVO GABINETE

Alberto Weretilneck avanza con el diseño de un nuevo Gabinete. Esa convicción se arraigó tras la derrota del 26 de octubre pero las modificaciones sobrevendrán en febrero -quizás-, para alejar del análisis una reacción espástica post elección. Además de cambios en la conducción de los Ministerios hay en borrador un nuevo ejecutivo con renovadas áreas, lo que implicará una ampliación de la planta política, un dato concreto que figura en el proyecto del Presupuesto 2026.
El Gobernador escucha a los propios y los aliados del radicalismo y la CC-ARI, pide opiniones, se muestra reflexivo y abierto a nuevas propuestas para salir del esquema endogámico que caracterizó los dos primeros años de su nueva gestión. En definitiva, pretende relanza el gobierno pensando en las demandas sociales insatisfechas para encarar la elección del 2027 con una administración renovada y con nuevos integrantes. Para la etapa que viene, piensa en un cambio generacional.
Weretilneck está convencido que el adversario es el peronismo pero tras la elección, abrigó la idea que ese partido (y su conglomerado) tiene piso y techo. Así, busca licuar el otro tercio (el espacio libertario) para lograr la reelección.
Pero además de la gestión, tiene desafíos políticos. Por un lado, los intendentes y legisladores que se desanimaron con la derrota y sumaron enojos por la campaña y la centralidad de la decisiones. Es un núcleo que podría contener con los cambios. Por el otro, la relación con su vicegobernador Pedro Pesatti, que da cada vez más señales de independencia y da pasos trazando un camino por fuera de Juntos. Los «enojados» tienen diálogo con el peronismo y con Aníbal Tortoriello, es decir que el oficialismo podría tener fugas para los dos espacios de la grieta nacional.
El Gobernador piensa y hace números. Encuentra en los proyectos VMOS y Argentina GNL dos fuentes de ingresos extra a la recaudación propia y los fondos coparticipables que envía Nación. Esos recursos, más las regalías en crecimiento del bloque rionegrino de Vaca Muerta, proyectan una economía mejor, pero a largo plazo. En consecuencia, debe transitar este 2026 con el gasto controlado. El problema? Los sueldos estatales. Hacienda viene licuando la masa salarial con el pago de aumentos con bonos, pero los gremios están endureciendo sus protestas. Para colmo, la nueva conducción de la UnTER es más combativa y ya avisó que sin aumentos las clases no comienzan el año que viene.
Para los trabajadores estatales llegar a fin de mes es una odisea, y muchos acuden a las mutuales o préstamos bancarios o de financieras con tasas usureras, la mayoría con código de descuentos por lo que aspiran de las cajas de ahorro el día de cobro las deudas, y algunas personas quedan en cero. Por eso, muchos -especialmente docentes- acuden a la Justicia. El Fuero Laboral está frenando las quitas masivas y permiten hasta el 30%, lo demás es «confiscatorio» aducen los jueces.
Para achicar el gasto el Gobierno diseña alternativas y los gremios temen ajuste. Por lo pronto, la administración provincial decidió no sumar más presión fiscal a empresas y contribuyentes, por lo que quitó tasas a las tarifas de luz y gas, y planificó aumentos impositivos (Inmobiliario y Automotor) por debajo de la inflación. Así y todo, para un sector de los asalariados -por la naturaleza de los incrementos salariales- es mucho, ya que perdieron poder adquisitivo. Esa merma se nota en Viedma, zona núcleo estatal, donde el consumo cayó e impacta en la venta de los comercios.
Frente a este panorama institucional y político actual del Gobierno, y el que proyecta, deberá acomodarse la oposición que requiere, en lo inmediato, una postura frente al Presupuesto y el Paquete Fiscal, que se debatirá el 18 en la Legislatura. Difícil oponerse a una baja impositiva, pero el proyecto ofrece aristas que están en estudio para marcar diferencias.
Peronistas y libertarios también ven un escenario de tercios, y confían en darle la pelea a Juntos que, por primera vez, ofrece un flanco de ataque. La reciente encuesta de la consultora Mercados & Estrategia determinó que el 52% de los rionegrinos expresa que quiere un cambio para 2027, superando al 34,4% que prefiere la continuidad de Weretilneck. Así y todo, si esos fuesen los números del oficialismo está competitivo.
El conglomerado libertario (que integraron CREO, LLA y Republicanos Unidos) pretende volver a constituirse en 2027 con Aníbal Tortoriello a la cabeza. Ingresará el PRO? Quizás, ya sin Lorena Villaverde eso sería posible. La diputada quedó debilitada y ya dan por hecho su renuncia. Para sucederla suenan el actual vicepresidente, Damián Torres, y el flamante senador Enzo Fullone. Si se impone el ex director de Vialidad, la alianza es un hecho.
Juntos debe evitar esa confluencia si pretende pescar en la pecera no peronista, y ser el más votado de los tercios. Desde ya, la elección será adelantada a marzo o abril, lo que implica definiciones y aceleración política desde mitad del 2026.
El peronismo sabe que debe romper el techo del 30% y ya debate estrategias para sumar otros sectores. Antes, deberá definir una estrategia conjunta (dirigentes, intendentes y legisladores) para encarar esta última parte del año y mostrar una posición sólida. Para el año que viene quedará la propuesta de la Río Negro que viene. Los tiempos se acortan. (ADN y propia)
(Es de esperar que el rediseño no contemple enrocar simplemente a la mayoría para que nada cambie, como suele ocurrir generalmente en política donde nunca se va nadie del tablero ni se deja ir a nadie sin sueldo ¿no?)









