DIA DE SAN CAYETANO PATRONO DEL PAN Y DEL TRABAJO
En momentos en que azota la falta de trabajo en nuestro país, con dicotomías tales como salarios inferiores a subsidios, pago de horas a pesos misérrimos, etc. en el marco de las fiestas patronales de San Cayetano, el párroco del santuario, presbítero Lucas Arguimbau, compartió sus sensaciones en la previa a la gran celebración del reencuentro con el santo patrono del pan y del trabajo.
El sacerdote porteño explicó que desde el 29 de julio se reza la novena a San Cayetano, que se extenderá hasta el 6 de agosto, y manifestó que cuando se pensó el lema 2022, ‘Gracias San Cayetano por acompañarnos y ayudarnos a cuidarnos como hermanos’, se le pidió a los fieles que mandaran «cinco palabras para ayudarnos a definirlo a modo de oración e intenciones que se elevan a Dios por intercesión del santo. Y la palabra que siempre arrasa es la gratitud y las gracias”.
Después explicó el párroco de San Cayetano que “la gente cuando llega acá encuentra paz y se lleva esa paz para trasmitirla”, y añadió que “el peregrino que se acerca al santuario no solo viene a recibir, también viene a dar cátedra y no porque se pare en una cátedra sino porque a nosotros nos enseña lo que es el valor del cuidado, de custodiar la vida frágil que tiene al lado, el nivel de la solidaridad”.
En esa línea, destacó además el papel de los voluntarios del santuario, quienes “llegaron a venir hasta siete días a cocinar” cuando hubo picos de hasta 800 personas que venían al comedor. “Eso es un lindo ejemplo como peregrino de San Cayetano, de la gente de acá de Liniers, del Gran Buenos Aires, que frente a una situación tan dura nos muestra que sale para adelante y sigue luchando por los demás”.
A la hora cero de este lunes 7, se abrieron nuevamente las puertas del templo y a las 11 se celebrará la misa principal, que será presidida por el arzobispo de Buenos Aires, transmitida por el Facebook y Youtube del santuario.
Ese día se celebrarán varias misas, habrá confesiones y diversas bendiciones y expresiones. También en Bariloche, la parroquia San Cayetano de barrio El Frutillar hará su tradicional celebración a las 11.
Continuará con un guiso de lentejas comunitario, por la tarde, alrededor de las 16, se llevará a cabo la procesión por el barrio El Frutillar y a las 17, habrá una nueva misa.-
El presbítero italiano murió un día como hoy, pero del año 1547. En 1629 fue beatificado por el Papa Urbano VIII, y en 1671 fue canonizado por Clemente X. Cayetano de Thiene nació el 1° de octubre de 1480 en la región italiana de Vicenza. Su familia era la de los condes de Thiene, y de allí el nombre con el que es conocido.
Estudió Derecho en la Universidad de Padua y en 1506 se dirigió hacia Roma para seguir su vocación religiosa. Trabajó como secretario privado del papa Julio II y, tras la muerte de este, se preparó para sacerdote. Fue instruido como tal en 1516.
Además de profesar el catolicismo, propuso para el ejercicio de esta fe una serie de ideas que se planteaban como renovadoras y que, a la larga, dejaron huella. La práctica asidua de la oración y de la comunión en tanto Santísimo Sacramento fueron algunas de ellas.
Algunos de los mayores hitos de su vida se dieron cuando fundó la sociedad Oratorio del Amor Divino y la Orden de Clérigos Regulares Teatinos. Con las mismas, buscó dar un ejemplo de austeridad y plantear una renovación en el clero.
Cayetano era conocido por ayudar a los pobres y a los enfermos de las ciudades que visitaba y por instar a sus pares a renunciar a sus bienes y a vivir de las limosnas.
Se dice que, hacia el final de su vida, cuando enfermó gravemente, se negó a que colocaran un colchón sobre las tablas que usaba a modo de cama. Finalmente, murió el 7 de agosto de 1547 a los 66 años.
Oración a San Cayetano
¡Oh glorioso San Cayetano! Aclamado por todas las naciones; Padre de Providencia, porque con portentosos milagros socorres a cuantos te invocan con fe en sus necesidades. Te suplico me obtengas del Señor oportuno Socorro en las angustias presentes y sea ello prueba de la bienaventuranza eterna. Amén.
Santísima Trinidad, ¡Oh Divina Providencia! Concédeme tu clemencia, por tu infinita bondad, arrodillado a tus plantas, a Ti portento de toda caridad, te pido por los míos casa, vestido y sustento.
Concédenos la salud, llévanos por buen camino, que sea siempre la virtud que guíe nuestro destino. Tú eres toda mi esperanza, eres el consuelo mío, en Ti creo, en Ti confío. Tu Divina Providencia se extienda a cada momento para que nunca nos falte casa, vestido, sustento y los Santos Sacramentos en el último momento.