HOY CELEBRAMOS EL DÍA DE LA VÍRGEN DE LAS NIEVES. SU HISTORIA Y ADVOCACIÓN LLEGADA A NUESTRO MEDIO
La imagen, responde a una de las estampitas que mandó imprimir el Tte Cnel Napoleon Irusta al inaugurar en agradecimiento, la imagen en la Gruta. La estrecha relación familiar que surgiría permitiría con los años, que una de ellas fuera entregada por la familia al Obispado local en 1994.-
Su advocación se hizo popular a partir del siglo XIII y se cuenta que un matrimonio de acaudalados patricios romanos suplicaron a la virgen María que intercediera para que tuvieran sus tan anhelados hijos. La noche del 5 de agosto del año 358, la virgen se les apareció en un sueño y también al papa Liberio y los exhortó a levantar una iglesia en el mismo lugar donde ella habría hecho nevar.
Lo comentan con el Papa y él había tenido un sueño exactamente similar. Al día siguiente en pleno verano con unos 30° de temperatura y un cielo diáfano los tres vieron en las laderas del Esquilino, las más alta de las siete colinas romanas, que la nieve había dibujado el perímetro de la futura basílica.
En ese mismo lugar y gracias a los bienes que poseía Giovanni, el patricio, empezaron a construir el santuario mariano. Todavía hoy cada 5 de agosto se celebra la milagrosa nevada con una lluvia de pétalos blancos que se dejan caer desde el techo de la basílica.
Santa María la Mayor se erige en la loma denominada Cispio, la más alta de las que conforman la colina Esquilino. En la Roma pagana en esta zona se encontraba el templo de Juno Lucina, la diosa protectora de las parturientas.
Milagro en el Siglo XVI
Durante el siglo XVI, Roma fue azotada por una terrible peste. En medio de esta crisis, el Papa san Pío V decidió llevar en procesión el ícono de la Salus Populi Romani desde la Basílica de Santa María la Mayor hasta la Basílica de San Pedro. Durante esta procesión, se dice que se produjo un milagro en el cielo, visible para todos los presentes. Este evento fue interpretado por el Papa como una señal de que la peste pronto terminaría, lo que efectivamente ocurrió poco tiempo después.
Su llegada a Buenos Aires
La advocación de la «Virgen de las Nieves» es una de las más antiguas de la cristiandad y en la Argentina su veneración se remonta a los orígenes de la fundación de Buenos Aires (1580), transformándose en su patrona junto a San Martín de Tours. «Nuestra Señora de las Nieves» (celebrada cada 5 de agosto) fue invocada especialmente para detener los males provocados por las frecuentes sequías que en ese entonces azotaban a la ciudad
En San Carlos de Bariloche su devoción surgió (previamente a su patronazgo oficial de la diócesis en 1993) a través de la Escuela Militar de Montaña cuando en 1944 un Teniente Coronel de esa Escuela Napoleón Irusta, se salvó milagrosamente junto a tropa que lo acopañaba y su familia, de un accidente de tren el 5 de agosto, día de la «Virgen de las Nieves».
El militar, en agradecimiento, trajo una réplica de esta Virgen desde Buenos Aires y la colocó en una gruta natural a 10 kilómetros de San Carlos de Bariloche, que se transformó en centro de peregrinación y devoción local y regional. Para prolijar la ruta requirió la colaboración de José Lukman con qien había copatido el padrinazgo del matrimonio de su hija.-
Con la creación de la diócesis de Bariloche en 1993, la «Virgen de las Nieves» se constituyó oficialmente como Patrona y convocó a través de sus peregrinaciones, a todos los fieles de la diócesis, que comprende actualmente un radio de 77.076 km² entre las ciudades de Bariloche y El Bolsón y las 11 localidades incluidos los parajes de la Línea Sur.
La «Virgen de las Nieves» no solo es la Patrona de la diócesis de Bariloche, sino también de dos sectores relevantes en la sociedad barilochense: los montañistas y el Ejército de Montaña. Los Patronazgos «someten simbólicamente las acciones del estado a un ordenamiento superior divino encarnado en la Iglesia, por medio de la imagen oficial de esta». En este caso, su patronazgo se fue desplazando de los dos sectores mencionados (montañeses y Ejército de Montaña), a los feligreses de los barrios ubicados en la periferia de la ciudad, a través del patronazgo diocesano.
En las peregrinaciones a la Gruta, que desde entonces se realizan a los devotos provenientes del centro de la ciudad, se incorporaron columnas de los barrios de la zona del «Alto» y de las poblaciones de la línea sur y El Bolsón.
La primera imagen que trajo Irusta se apoyó directamente en una roca donde caía una vertiente natural en tierras del Ejército de Montaña. Por el deterioro del clima, esta imagen se reemplazó por la actual en 1957 y se la colocó en la misma Gruta detrás de un vidrio para su segridad. Todos los 5 de agosto, día de la «Virgen de las Nieves», se celebraba en la Gruta el Día del Montañés y los fieles iban en procesión organizados por un sacerdote.-
En esta primera etapa -desde la década del 40 al 80-, la devoción a la «Virgen de las Nieves» en Bariloche estuvo fuertemente ligada a eventos locales: el día del Montañés y la Fiesta de la Nieve, pero sobre todo fue el Ejército de Montaña que con su patronazgo tuvo una injerencia predominante en los rituales devocionales: por la imagen instalada en tierras de su propiedad y por acompañar con fanfárria las peregrinaciones. Las crónicas de la Parroquia de la Inmaculada Concepción reseñan estas actividades:
Hacia el inicio del obispado de Mons Rubén Frassia (1993), se advirtió una preocupación por plasmar en la devoción y peregrinación la administración diocesana ampliando aún más la convocatoria. El Obispo participó en las reuniones de preparación y puso en marcha una comisión organizadora que continuó trabajando de forma sistemática afianzando la modalidad interparroquial. Todas las parroquias de Bariloche peregrinaron de forma conjunta y acordaron un horario de salida para converger en la Gruta y celebrar la misa.
La evaluación de la primera peregrinación diocesana presentó las claves de transformación de esta advocación en una advocación popular: la columna más numerosa de peregrinos provino de la ruta 258 que atravesó los barrios mas pobres y marginales; «la compañía del Obispo a los peregrinos» y «la posibilidad de organizar una tradición». Pero una tradición que se encauzó como «peregrinación popular». Es por ello que la comisión evaluadora de la Peregrinación, en ese momento, señalaba la peregrinación como una «BAJADA de la imagen de la Virgen para que esté ese día como Madre de su Pueblo para atender sus necesidades de tierra, techo, gas, agua, luz, recreación, etc.».
Frassia reforzó la participación local más humilde y pobre de Bariloche proponiendo como vías de encuentro ya no la Avenida Bustillo, sino la Avenida Pioneros y la Ruta 258. Traspasó lo local para transformar la peregrinación en «un acto diocesano», con la participación de peregrinos de la Línea Sur, El Bolsón, Ing. Jacobacci y Pilcaniyeu y con ello no solo logró ampliar la convocatoria y empezar a darle un perfil multitudinario sino que reforzó la «opción por los pobres», convocando a la población de la diócesis más carenciada y castigada.
Volviendo a ampliar su historial
En marzo de 2020, en medio de la pandemia de COVID-19, el papa Francisco hizo una invocación especial a la Salus Populi Romani. El Sumo Pontífice salió del Vaticano y se dirigió a la Basílica de Santa María la Mayor para rezar ante la imagen de la Salus Populis Romani y pedir su intercesión.
Esta acción se llevó a cabo en un momento de gran angustia mundial, y fue un acto de esperanza y fe en tiempos difíciles. Como testimonio de su devoción, a sus pies se ha preparado la tumba donde descansarán los restos del Papa Francisco tras su fallecimiento.-