LA DIETA DEL TEJÓN PREHISTÓRICO: ASTUTO CAZADOR DE DINOSAURIOS
La naturaleza tiende a desmentir cualquier generalización de la ciencia. Si se busca bien, casi siempre hay una excepción. Repenomamus giganticus es una de ellas. El discurso tradicional sobre los mamíferos defendía que fueron animales pequeños que sobrevivieron como pudieron en la era de los dinosaurios.
Sin embargo, los fósiles de esta especie escapan de la norma y muestran a un mamífero de gran tamaño con dientes preparados para desgarrar la carne de sus presas, entre las que se contaban dinosaurios.
Hace unos 200 millones de años aparecieron los primeros mamíferos. Sucedió a finales del Triásico, mal momento para intentar ser alguien destacado en el mundo animal, pues la competencia era realmente dura: por entonces reinaban los dinosaurios. A juzgar por el registro fósil, los paleontólogos apuntaban que los mamíferos fueron evolucionando hacia formas cada vez más pequeñas en tamaño, parecidos a ardillas o ratas que solo salían de su escondite por la noche y se alimentaban de insectos.
Una forma de vida que no consiguió emerger de las sombras hasta la extinción masiva que acabó con los dinosaurios y dejó nichos ecológicos vacíos. Estos fueron controlados por los mamíferos y desde entonces hemos sido los que dominan el mundo.
Al menos así se ha contado siempre esta historia. Mientras que los grandes depredadores como Tyrannosaurus rex y los herbívoros gigantes como esos dinosaurios de cuello largo imponían su estatus durante el día, los mamíferos solo tendrían oportunidad de llevarse algo a la boca adaptados a un hábitat nocturno. Por las capacidades y enorme diversificación de los dinosaurios, esta visión del Mesozoico parecía la más lógica y, el registro fósil así parecía atestiguarlo.
Pero los mamíferos constituyen una familia peleona en esto de la supervivencia. Se pensaba que por aquellos lejanos tiempos, cualquier animal que tuviera más de un metro era un dinosaurio u otros reptiles como cocodrilos. En cambio, un equipo de investigación encontró un fósil que negaba esta concepción.
Se trataba de una especie que por su cráneo y el tipo de dentadura contaba una historia distinta: hace 130 millones de años hubo un mamífero que medía más de 1,2 metros de longitud, pesaba unos 25 kilos y desayunaba dinosaurios. Sus descubridores lo llamaron Repenomamus giganticus.
Mamíferos vs dinosaurios
Sus restos fósiles fueron hallados en la famosa formación Yixian, en la provincia china de Liaoning, donde se han encontrado los fósiles mejor conservados de dinosaurios con plumas. La especie fue descrita en 2005 con un artículo publicado en la revista “Nature”. Entre las conclusiones de los científicos se cuenta que:
“Nuestros descubrimientos constituyen la primera evidencia directa de que algunos mamíferos triconodontes eran carnívoros y se alimentaban de pequeños vertebrados, incluidos los dinosaurios jóvenes, y también muestran que los mamíferos del Mesozoico tenían una variedad de tamaños corporales mucho mayor de lo que se sabía anteriormente. Sugerimos que los mamíferos mesozoicos ocuparon diversos nichos y que algunos mamíferos grandes probablemente compitieron con los dinosaurios por comida y territorio”.
Toda una revelación que rompía con el discurso tradicional. Y es que, efectivamente, el fósil de Repenomamu giganticus confirmaba que no todo fue esconderse en madrigueras para los mamíferos durante el Mesozoico. A R. giganticus podemos imaginarlo como un tejón de más de un metro de largo que, aunque su tamaño no impresione como el de los grandes dinosaurios, era muy superior al de la mayoría de los mamíferos y el resto de los animales que competían con los dinosaurios. De hecho, era más grande que algunos dinosaurios, como los manirraptores que habitaban la zona, dinosaurios emplumados de los que evolucionaron las aves actuales.
Las sospechas de que este mamífero comía dinosaurios se disiparon cuando se descubrió el fósil de un Repenomamus en cuyo estómago se localizaron restos de Psittacosaurus, pequeños dinosaurios herbívoros que andaban sobre dos patas.
La cantidad de vidas distintas que se dieron durante los más de 180 millones de duró el Mesozoico anima a pensar que quizás no estemos ante la única excepción entre los mamíferos que vivieron en la era de los dinosaurios. La naturaleza es un laboratorio en constante trabajo experimental y las normas generales acaban encontrado alguna que otra sorpresa contradictoria.
Repenomamus giganticus es el primero de los mamíferos encontrados que comía dinosaurios. Estaremos atentos a las novedades que los paleontólogos vayan descubriendo acerca de los mamíferos que compartieron espacios y recursos con los dinosaurios. (Muy Interesante)