ALERTA DEMOGRÁFICO EN ARGENTINA, LA TASA DE NATALIDAD CAYÓ MÁS DEL CUARENTA POR CIENTO

En un país que no llega a un habitante por km2, muy despoblado en vastas regiones, se advirtió esta caída en una década y uno de cada cuatro hogares es unipersonal. Los dato hacen peligrar las jubilaciones futuras. Un informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral advierte sobre los profundos cambios que atraviesan a las familias argentinas.
La caída de la natalidad, el aumento de hogares unipersonales y el envejecimiento de la población son tendencias que redefinen la estructura social y plantean nuevos desafíos para las políticas públicas.
Según el estudio, la tasa de natalidad en Argentina cayó más del 40% en la última década, pasando de 700.000 nacimientos anuales a menos de 450.000. Este fenómeno, asociado a factores económicos, costumbristas y sociales, impacta directamente en la composición de los hogares: hoy uno de cada cuatro es unipersonal. “El tamaño promedio de los hogares bajó de 3,6 miembros en 1991 a 2,9 en 2022”, detalla el informe.
Las bajas en la natalidad se reflejan en las estructuras de hogares con menores de 18 años. En la actualidad, en el 57% de los hogares no hay chicos menores de 18 años. En 1991, ese mismo indicador había sido del 44%.
El envejecimiento poblacional es otra característica sobresaliente. El índice de envejecimiento -que mide la cantidad de personas mayores de 65 años por cada 100 menores de 14- pasó de 24 en 1970 a 60,55 en 2025. Además, el porcentaje de adultos mayores viviendo en hogares aumentó 10 puntos porcentuales en 30 años. Este cambio demográfico presiona sobre los sistemas de salud y de cuidado, en un contexto donde las tareas de cuidado siguen recayendo mayoritariamente en mujeres.
En paralelo, la pobreza estructural muestra una lenta pero constante reducción. Los hogares con necesidades básicas insatisfechas pasaron del 16,4% en 1991 al 6,7% en 2022. Sin embargo, la pobreza por ingresos sigue afectando con fuerza a los sectores más vulnerables: en 2024, el 38% de la población urbana vive bajo la línea de pobreza, con una preocupante infantilización del fenómeno, ya que los niños de 0 a 14 años concentran las tasas más altas.
Desde el Observatorio advierten que estos cambios demandan políticas integrales de cuidado y desarrollo social. “La sostenibilidad de la vida debe estar en el centro de la agenda. Es necesario fortalecer la inclusión laboral, reducir la informalidad y garantizar sistemas de protección social que respondan a esta nueva realidad”, concluyen las autoras.