DENUNCIAN PRESIONES POLÍTICAS POR EL LOTEO DEL CERRO OTTO

El reciente proyecto de desarrollo inmobiliario aprobado para la ladera sur del Cerro Otto, en Bariloche, generó rechazos de sectores políticos y organizaciones ambientalistas. La concejal Julieta Wallace (IB), quien votó en contra de este loteo, argumentando sobre los riesgos ambientales, las irregularidades en el proceso legislativo y las presiones políticas, que habrían influido en el resultado final.
Destacó que el proyecto aprobado carece de evaluaciones ambientales rigurosas y plantea un riesgo directo para los vecinos del barrio El Frutillar, ubicado al pie de la ladera afectada. “Esta es una zona donde escurre el agua de las precipitaciones, que luego atraviesa el barrio El Frutillar hasta desembocar en el arroyo Ñireco. Al intervenir sobre esa ladera sin los estudios adecuados, estamos exponiendo a los vecinos a posibles derrumbes y deslizamientos”, explicó
Un informe técnico de 2019, emitido por la Provincia de Río Negro, clasifica esa área bajo las categorías amarillo y rojo según la Ley de Bosques. Wallace explicó que estas clasificaciones son claras: “En zona roja está absolutamente vedada cualquier actividad humana, y en zona amarilla, solo es posible intervenir con una evaluación de impacto ambiental y un plan de remediación aprobado. Ninguno de estos requisitos fue cumplido”.
Además, recordó que la Carta Orgánica Municipal prevé una cláusula transitoria que prohíbe subdivisiones en esa área. “No estamos en contra del desarrollo inmobiliario, sino de que este se realice de manera irresponsable. Lo ambiental no puede ser una variable que se pase por alto” y señaló que los fenómenos climáticos extremos, cada vez más frecuentes debido al cambio climático, agravan la situación.
“Estamos viendo lluvias intensas y tormentas eléctricas que no son típicas de la región. Si no se respeta la vegetación y el equilibrio natural de la ladera, estas precipitaciones podrían generar movimientos de tierra incontrolables”, indicó.
Además, Wallace advirtió que ninguna obra de infraestructura pluvial que se construya aguas abajo podrá contrarrestar el daño causado por una intervención mal planificada en la ladera. “El problema no termina con una obra pluvial en el barrio El Frutillar; el daño ya estaría hecho en la ladera, y eso no tiene solución”, enfatizó.
Para Wallace, este proyecto representa un punto de inflexión sobre el tipo de desarrollo urbano que se quiere para Bariloche. “Necesitamos viviendas, eso es indiscutible, pero también necesitamos planificación y respeto por el entorno. No podemos hipotecar el futuro de la ciudad por un desarrollo inmobiliario que no cumple con los estándares mínimos de sustentabilidad”.
La concejal propuso reducir la escala del proyecto. “No podemos urbanizar 116 hectáreas en una ladera de estas características. Propuse bajar la escala a entre 30 y 50 hectáreas, que es lo que permitiría la normativa vigente. Pero esa propuesta fue desestimada”.