Descubren que un linaje humano vivió aislado en el centro del Sahara cuando era una zona verde hace 7000 años

Investigaciones recientes han revelado detalles sorprendentes sobre la población prehistórica del norte de África gracias al análisis genético de dos individuos momificados naturalmente hace más de 7000 años en el refugio rocoso de Takarkori, en el actual sur de Libia. Durante el Período Húmedo Africano, también conocido como Sahara Verde, esta región estuvo habitada por un linaje humano que permaneció en gran medida aislado, sin una relación genética directa con poblaciones del África subsahariana.
Uno de los hallazgos más destacados de este estudio, liderado por investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y la Universidad de Florencia, es que estos individuos no presentan rastros de ascendencia subsahariana, lo que contradice la hipótesis previamente aceptada de que el Sahara Verde sirvió como un corredor migratorio entre el norte y el sur del continente. En cambio, los datos sugieren que la expansión del pastoreo en la región ocurrió más por intercambio cultural que por migraciones a gran escala.
El análisis genómico muestra que los individuos de Takarkori pertenecían a un linaje norteafricano que se separó de las poblaciones subsaharianas aproximadamente al mismo tiempo que las primeras migraciones humanas fuera de África, hace unos 50.000 años.
Este linaje se mantuvo aislado durante el Período Húmedo Africano y representa una continuidad genética que aún persiste en los habitantes contemporáneos del norte de África, aunque ya no en su forma pura.
De manera reveladora, los restos de Takarkori comparten vínculos genéticos con los cazadores-recolectores de la cueva de Taforalt, en Marruecos, quienes vivieron hace unos 15.000 años y estaban asociados con la industria lítica iberomauritana.
Ambos grupos muestran una equidistancia genética respecto a las poblaciones subsaharianas, lo que refuerza la idea de que, pese a las condiciones favorables del Sahara Verde, la región no experimentó un flujo genético significativo entre el norte y el sur de África.
Evidencias de un contacto limitado con los neandertales
Otro de los aspectos relevantes del estudio es la cantidad de ADN neandertal hallado en los individuos de Takarkori. Se ha determinado que contienen diez veces menos material genético de neandertales en comparación con poblaciones humanas fuera de África, aunque en una proporción ligeramente superior a la de los africanos subsaharianos contemporáneos.
Esta característica sugiere que, si bien el linaje norteafricano permanecía aislado, hubo episodios limitados de flujo genético con poblaciones externas que portaban ADN neandertal.
El director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, Johannes Krause, señaló que estos hallazgos destacan cómo las poblaciones tempranas del norte de África, pese a su aislamiento, recibieron pequeñas contribuciones genéticas de grupos que migraban desde fuera del continente.
El estudio también aporta datos fundamentales sobre la expansión del pastoreo en la región durante el Período Húmedo Africano. Aunque previamente se había sugerido que esta práctica se diseminó a través de migraciones humanas, la evidencia genética ahora apunta a un proceso de difusión cultural.