EL FMI RECORDÓ A CAPUTO QUE EL ACUERDO DEBE SER APROBADO POR EL CONGRESO

Las declaraciones de la vocera del FMI, Julie Kozack, en la conferencia de prensa de este jueves fueron interpretadas de manera muy confusa por los medios argentinos. Los libertarios o simpatizantes entendieron que desde el organismo le quitaron toda relevancia a que un nuevo acuerdo sea aprobado por el Congreso.
Lejos de eso, la portavoz del Fondo dijo lo obvio: «es la ley argentina la que exige que el Congreso apruebe el acuerdo. Hay que recordar que el cumplimiento de las leyes no es optativo«.-
«Asegurar el apoyo del Congreso es una decisión de las autoridades tal como lo establece la legislación interna argentina. Y al mismo tiempo, por supuesto, como acabo de señalar, un amplio apoyo político y social puede mejorar la implementación del programa.
Las preguntas relacionadas con el proceso específico para lograr o buscar el apoyo del Congreso deben dirigirse realmente a las autoridades argentinas porque es una cuestión de derecho interno», explicó Kozack, casi como si tuviera que dar una clase de instrucción cívica.
«Tomamos nota del compromiso del presidente Milei de buscar el apoyo del Congreso para un nuevo programa respaldado por el FMI, como hemos dicho a menudo en el pasado, la fuerte identificación y el amplio apoyo son clave para el éxito del programa», agregó, dejando muy en claro algo que anticipó hace meses LPO: El FMI quiere que el acuerdo pase por el Congreso, para que un cambio de mayorías no intente anularlo.
Caputo, como reveló en exclusiva LPO, pretende que el Congreso anule la ley Guzmán que exige que los acuerdos con el FMI sean revisados por el Parlamento y sancione en su lugar una nueva norma que deje esa competencia al Poder Ejecutivo. Es decir: un cheque en blanco. Acaso consciente de las dificultades de los libertarios por conseguir número en el Congreso, la vocera del organismo subrayó la necesidad de cumplir con ese paso.
Más allá de esa advertencia, la vocera no dio ningún indicio de un cierre inminente del acuerdo, como anuncia permanentemente el ministro Toto Caputo, para evitar que se le escape el mercado, que ya empezó a dar señales de desconfianza.
«Desde nuestro lado, como señalé, las negociaciones continúan de manera constructiva. En términos del proceso desde el lado del FMI, una vez que se completen las negociaciones, como con cualquier programa del FMI o programa propuesto, el acuerdo final, los documentos requerirán la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI», dijo, marcando que no parece haber un interés del organismo por apurar el proceso, como pide Caputo.
La desesperación de Economía por dar por hecho el acuerdo, al punto que filtraron un comunicado blue con el supuesto contenido del acuerdo, es un intento por calmar el nerviosismo del mercado y su creciente voracidad por los dólares «baratos» que se agotan.
Lo concreto es que para que lleguen fondos frescos para reforzar las reservas todavía queda un camino por recorrer. La primera posta a superar para consagrar un acuerdo es la definición sobre las intervenciones en el mercado de Caputo para contener el dólar, que el Fondo rechaza. «Están discutiendo el régimen cambiario», confirmó a LPO un consultor al tanto de las negociaciones.
Se habla de un plan en dos tiempos, antes y después de las elecciones. En una primera etapa, con la eliminación del dólar blend, la Argentina concedería un avance en el sentido que exige el organismo, a riesgo de que se amplie la brecha y que el aumento de los dólares finacieros impacte en el resto de los precios de la economía.
Como sea, una vez que haya acuerdo con el equipo técnico del organismo respecto al esquema cambiario, el acuerdo se eleva al directorio, que vuelve a discutirlo. Si los países miembros aceptan la propuesta, eso se refleja en el Staff Level Agreement. Antes de eso si difunden unas guidelines, que son lineamientos de la negociación. Esto si podría conocerse en los prócimos días, pero esta muy lejos de representar un acuerdo cerrado.
«No vemos chance que el acuerdo se cierre antes de abril», afirmó a LPO un funcionario del Palacio de Hacienda.