EL JEFE DE LA SIDE DISCUTIÓ EN CALZONCILLOS CON UN ENVIADO DE CAPUTO CON VECINOS MUY ATENTOS

La escena ocurrió el pasado viernes 7 de noviembre, en horas de la noche, en una casa en Martínez. Sergio Neiffert, el llamado “Señor 5” (foto) y director formal de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), fue sorprendido por una visita inesperada: José Francisco Lago Rodríguez, su virtual número dos y subsecretario administrativo del organismo. Lo que comenzó como una conversación terminó en discusión y a los gritos. “¡Hijo de puta!”, alcanzaron a escuchar los vecinos antes de que Neiffert, en paños menores, echara al joven abogado.
De acuerdo con lo que pudo reconstruir elDiarioAR de fuentes directas al hecho, Lago Rodríguez había ido a pedirle la renuncia. El mensaje que traía no era personal sino político: un ultimátum transmitido desde el entorno de Santiago Caputo, a quien reporta directamente. En Balcarce 50 aseguran que la tensión venía en aumento desde hacía semanas, cuando Neiffert empezó a dar gestos de mayor autonomía respecto del asesor presidencial y a tomar algunas decisiones sin consultarlo.
La respuesta fue inmediata: esa misma noche, Lago apareció en su puerta. Y lo que debía ser una conversación protocolar terminó en una escena digna de un parte interno. “Un papelón”, resumió, sin vueltas, una alta fuente del organismo.
El episodio expuso la fractura más profunda en la cúpula de la SIDE. En las oficinas de 25 de Mayo 11 aseguran que, tras el altercado, Neiffert contraatacó y pidió la renuncia de su subordinado. La pelea coincidió con el malestar que generó en la Casa Rosada el viaje de Lago Rodríguez y del director del Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), Alejandro Colombo, a Azerbaiyán, una misión oficial que terminó en el Gran Premio de Fórmula 1 de Bakú, en septiembre pasado, con pasajes en primera clase pagados por el Estado.
Para el núcleo libertario, el conflicto entre ambos funcionarios simboliza el derrumbe de una estructura que ya venía erosionada por la falta de conducción política y las internas de poder. Neiffert, debilitado, intenta sostenerse en su cargo mientras se multiplica la presión para removerlo tras el recambio de gabinete que habrá en diciembre.
Voces al tanto de la situación reconocen que la SIDE atraviesa un estado de parálisis institucional, con funcionarios que no se hablan entre sí, gastos a mansalva confundidos con gastos personales y agentes que reportan por lealtades personales antes que por jerarquía. (El Patagonico)









