FRANCISCO YA DESCANSA EN LA BASILICA DE LA VIRGEN DE LAS NIEVES, SANTA MARÍA LA MAYOR

La Virgen de las Nieves también es co-patrona de la ciudad de Buenos Aires desde su fundación y en junio de 2022 Francisco dejó asentado en su testamento espiritual los detalles del lugar y cómo debía ser su sepultura. Una verdadera multitud nunca registrada en Roma en un acto similar, acompañó al Papa argentino a su última morada.-
«Mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal los he confiado siempre a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima», afirmó el exarzobispo de Buenos Aires.
En este sentido, «pido que mis restos mortales descansen esperando el día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor».
Francisco deseaba que su «último viaje terrenal termine en este antiquísimo santuario mariano, al que acudía en oración al inicio y al final de cada Viaje Apostólico, para encomendar confiadamente mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y maternales cuidados».
De acuerdo al documento, la voluntad de Francisco era que «su sepulcro» se realice «en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal». Desde mañana, los fieles que deseen podrán acercarse a orar frente a su tumba.-
La advocación de Virgen de las Nieves se hizo popular a partir del siglo XIII y se cuenta que un matrimonio de acaudalados patricios romanos suplicaron a la virgen María que intercediera para que tuvieran sus tan anhelados hijos. La noche del 5 de agosto del año 358, la virgen se les apareció en un sueño y también al papa Liberio y los exhortó a levantar una iglesia en el mismo lugar donde ella habría hecho nevar.
Lo comentan con el Papa y él había tenido un sueño exactamente similar. Al día siguiente en pleno verano con unos 30° de temperatura y un cielo diáfano los tres vieron en las laderas del Esquilino, la más alta de las siete colinas romanas, que la nieve había dibujado el perímetro de la futura basílica.
En la Argentina su veneración se remonta a los orígenes de la fundación de Buenos Aires (1580), transformándose en su patrona junto a San Martín de Tours. «Nuestra Señora de las Nieves» (celebrada cada 5 de agosto) fue invocada especialmente para detener los males provocados por las frecuentes sequías y necesidad de agua potable que en ese entonces azotaban a la ciudad
En San Carlos de Bariloche su devoción surgió (previamente a su patronazgo oficial de la diócesis en 1993) a través de la Escuela Militar de Montaña cuando en 1944 un Teniente Coronel de esa Escuela Napoleón Irusta, se salvó milagrosamente junto a tropa que lo acompañaba y su familia, de un accidente de tren el 5 de agosto, día de la «Virgen de las Nieves».