LA CORRUPCION DE LA POLÍTICA. INFRACTOR ASUMIDO AHORA ES FUNCIONARIO

Desde que existe la corrupta y amoral frase de «a nadie se deja a pie» en política, lo que le asegura a todos seguir sacando leche de la teta del estado, lamentablemente nadie se sorprende. Como tampoco nombrar familiares aprovechando un sitio de poder, lo que era condenado socialmente hace muy pocos años atrás.
Ahora el dirigente Ricardo Arroyo fue anunciado como flamante secretario de Gobierno de la Municipalidad de Sierra Grande, para señalar lo inmoral de una sociedad ya enferma sino condenada.
Los colegas de El Cordillerano recordaron su prontuario
El entonces legislador provincial en 2018 y que fuera Ministro de Desarrollo Social se negó rotundamente a realizarse un test para medir la graduación de alcohol que llevaba en la sangre en un control vial de rutina en el kilómetr 2,300 de la Avenida de los Pioneros.
Los agentes procedieron, de acuerdo al protocolo de tránsito, a retirarle el carnet y el vehículo, una camioneta Volkswagen Amarok. El infractor chapeando discutió durante una hora con los inspectores hasta que logró que su mujer se pusiera al volante. Su licencia quedó en manos del Municipio barilochense y la multa fue de 79 mil pesos.
Pero no fue solo eso. Al día siguiente de haber sido infraccionado, el entonces diputado provincial acudió al Concejo Deliberante de Bariloche y mantuvo una acalorada discusión con los ediles. Aseguró que «habían sido violadas sus libertades constitucionales». “Que haya cometido una infracción no quiere decir que sea Robledo Puch”, les retrucó oportunamente.
Algunos de los concejales le exigieron que renuncie. Incluso, estuvieron a punto de sacar una moción. En este encuentro también le recordaron que su conducta era indefendible aludiendo que manejaba bajo los efectos del alcohol.
Y, como si fuera poco, un mes más tarde, aprovechando su condición de legislador y de oriundo de Lamarque, Arroyo hizo el trámite para sacar su licencia en el Municipio local. Una acción ilegal, hecha por un legislador puesto que su carnet de conductor se encontraba retenido en Bariloche, al tiempo que tenía prohibido manejar en el territorio nacional.
Pero Arroyo no se rindió. Días más tarde, envió una carta documento al intendente Gustavo Gennuso, exigiendo que se le devuelva su licencia de conducir en un plazo “perentorio e improrrogable” de 48 horas y amenazando que podría hacer una denuncia penal.
Arroyo fue concejal tres periodos en Lamarque entre 1995 y 2007. Fue funcionario en ese municipio a partir de 2008 y en 2011 fue electo legislador hasta 2014, cuando asumió como ministro de Desarrollo Social de Río Negro, para luego volver a ser legislador hasta 2019.
Tras un par de años sin que se le conozca un trabajo en la política (lo que pone en duda su capacidad de sobrevivencia en el ámbito privado sobre todo sin ser empleado), ahora asume como secretario de Gobierno en el municipio de Sierra Grande, que conduce (y protege) el intendente Bruno Tamburrini.