«LOS HOMOSEXUALES SON PEDÓFILOS Y LAS MUJERES NO SE QUEJAN DE QUE LOS PLOMEROS SEAN HOMBRES»

Javier Milei despachó toda su furia ideológica cuando habló en el Foro de Davos. El mandatario participó por segundo año consecutivo pero en lugar de enfocarse en la economía, el comercio y las inversiones, lanzó fuerte críticas a los organizadores por «las ideas que han estado promoviendo» y ante su asombro aseguró que «la ideología woke es el cáncer que hay que extirpar».
El Presidente dijo ante el auditorio lleno de empresario que «hay algo profundamente equivocado en la ideas que se han estado promoviendo desde foros como éste. Hay que discutir algunas de ellas. Pocos niegan que soplan vientos de cambio en occidente. Algunos se resisten al cambio, otros lo aceptan a regañadientes, están los nuevos conversos y estamos quienes hemos luchado toda la vida por su advenimiento».-
«El gran yunque que aparece como denominador común en los países e instituciones que fracasa es el virus mental de la ideológica woke. Es la gran epidemia de nuestra época que debe ser curada, es el cáncer que hay que extirpar», planteó.
El libertario exhibió su autoestima y afirmó que «Argentina se convirtió en un ejemplo mundial de cómo lograr el equilibrio fiscal, de cómo terminar con el problema de la inflación y de cómo hacer política; hay que decirle las cosas a la gente en la cara».-
el grueso del discutrso del jefe de estado fue contra la llamada «cultura woke» que sintetiza toda las ideas progresistas, desde de las políticas de género, el ambientalismo, la igualdad racial o la idea general de defensa del rol de estado regulando la economía.
Milei definió «el wokismo» como «un régimen de pensamiento único (que él mismo exhibe descaradamente y se le critica), sostenido por distintas instituciones cuyo propósito es penalizar el disenso, feminismo, diversidad, inclusión, equidad, inmigración, aborto, ecologismo, ideología de género, entre otros, son cabezas de una misma criatura cuyo fin es justificar el avance del Estado mediante la apropiación y distorsión de causas nobles».
«El feminismo radical es una distorsión del concepto de igualdad. En muchos países supuestamente civilizados si uno mata a la mujer se llama femicidio, y eso conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre solo por el sexo de la víctima», agregó.
En ese tono, aportó otro insólito ejemplo y señaló en referencia a la brecha salarial de género que ninguna mujer se queja porque todos los plomeros sean hombres. Luego se quejó porque lo acusan de misógino por defender estos razonamientos.
Cargó contra «la nefasta ideología de género que derivó en una mayor intervención estatal a través de legislaciones a las que calificó de «absurdas». En ese sentido, puso como ejemplo el financiamiento del Estado de «hormonas y cirugías millonarias para cumplir con la autopercepción de ciertos individuos».
«Recién hoy estamos viendo los efectos de toda una generación que mutiló su cuerpo, promovidos por una cultura de la relatividad sexual que tendrá que pasar su vida entera en tratamientos psiquiátrico para afrontar lo que se hicieron, pero nadie nada dice de estas cuestiones. No solo eso, también han sometido a la inmensa mayoría a ser esclavos de las equivocadas auto percepciones de una diminuta mayoría y, además, el wokismo pretende secuestrar a nuestro futuro», continuó.