NEUQUEN SUFRIÓ POR EL VENTARRÓN. SE COMPLICÓ ATERRIZAR Y UN VUELO NO PUDO HACERLO
La capital provincial neuquina sufrió un viento de más de 100 kilómetros por hora que provocó el temor y la impaciencia de los pasajeros. El primer caso fue el de un vuelo de Flybondi que había partido 12:35 desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y aterrizó medio a los tumbos cerca de las 14:30 en el aeropuerto internacional Presidente Perón con ráfagas de viento y nubes de polvo cercanas a los 100 kilómetros por hora.-
Los pasajeros bajaron con un mareo de órdago, el avión rebotó cuando sólo la rueda derecha tocó el suelo y luego sí al retomar su eje pudo aterrizar lo más bien segundos después.-
Unos minutos más tarde, cerca de las 15, un vuelo de Aerolíneas Argentina pudo aterrizar con un poco menos de dificultad en la pista de Neuquén capital, pero el viento hizo difícil el trabajo del piloto y el temor de los pasajeros fue notorio.
Ya cerca de las 16, un vuelo operado por JetSmart debió abortar el descenso a metros del suelo. En un video, se ve cómo la aeronave busca un eje para poder descender con seguridad, pero al no poder hacerlo, decido levantar vuelo y volver a probar.
Tras abortar, el vuelo se dirigió a Mendoza adonde aterrizó sin inconvenientes. Una de la pasajeras de este vuelo procedente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aire, Juliana Oses, habló con LMNeuquén y aseguró: «El viaje fue horrible, interminable y lleno de incertidumbre. Duró casi seis horas y terminamos en Mendoza sin entender mucho qué pasaba».
«Salimos de Buenos Aires a las 14 por la empresa JetSmart. Hasta la mitad del viaje venía todo bien hasta que arrancó la turbulencia. Se movió bastante la aeronave. Cuando estábamos por aterrizar, dicen que nos pongamos el cinturón porque estábamos próximo a aterrizar. Miro por la ventana y no se veía nada. Solo venía tierra», describió.
«Escuchó el ruido de las ruedas abrirse y sigo sin ver el piso. Ahí nos empezamos a acercar. Pega una maniobra brusca y vuelve a tomar vuelo. Pasaron 15 minutos y la gente estaba tensar y nerviosa. Había gente grande muy asustada. A los 5 minutos de no saber qué iba a pasar, nos avisan que no pudieron aterrizar en Neuquén y que nos íbamos para Mendoza», agregó.
«Estuvimos una hora en Mendoza. Esperando que nos digan a dónde íbamos. Es más, un hombre se descompensó y lo bajaron del avión y nunca lo subieron. Había mucha tensión y estábamos todos muy nerviosos», contó y agregó: «En la espera, miré las noticias de Neuquén y había techos que se habían volado y eso. Y me dio mucho más miedo y vine pendiente del aterrizaje».
Aproximadamente a las 18 horas, el vuelo de JetSmart partió a la ciudad de Neuquén. «Fue una hora más, llena de miedo y de turbulencia. Intentábamos estar todos tranquilos, pero había una cierta tensión. Estábamos todos expectantes, mientras el avión se seguía moviendo mucho porque la turbulencia no cesaba», expuso.
El segundo aterrizaje también fue con turbulencia. «Estaba todo el ambiente tenso. Nadie estaba tranquilo, pero cuando nos acercamos a la pista y la vi, me quedé un poco más tranquila. Porque en el primer intento de aterrizaje, no vi nada. Es como si nos metimos en una nube de polvo y pegamos contra el suelo sin ver nada, pero esta vez no» aseguró Oses. (LMN y propia)