OCHENTA SON LAS OBRAS DE INFRAESTRUCTURA REALIZADAS CON LA ECOTASA
Así lo señala el municipio local sobre la novedosa herramienta de financiamiento de obras públicas turísticas, mejoró notablemente los estándares de instalaciones que la ciudad ofrece a sus visitantes.
La denominada “Ecotasa”, no es otra cosa que un canon que pagan los visitantes durante sus primeras tres noches de alojamiento.
Cuatro años y medio después de su sanción, la herramienta ha demostrado que es un éxito y por estos días, se están cumpliendo las 80 obras realizadas y financiadas con esos fondos.
La ciudad logró modificar sensiblemente su presentación al turista y también al residente. El espíritu de la Ecotasa reside justamente en que cada viajero abone muy poco: lo significativo se da al sumar los miles de visitantes que la ciudad recibe cada año en cada categoría.
Tras su creación por ordenanza en 2017, en sus primeros 4 años la Ecotasa recaudó más de 220 millones de pesos, que se tradujeron en obras de infraestructura turística. Porque allí está el otro punto importante del concepto: el canon que abona el turismo, vuelve al turismo en mejoras.
De hecho, las críticas a la Ecotasa rápidamente quedaron diluidas en el éxito de la herramienta para generar fondos municipales genuinos y con un destino específico. Incluso, se puso a disposición del público una sección especial en la web municipal en donde consigna con transparencia las obras a las que se asignan los fondos recaudados, los tiempos de ejecución y estadísticas sobre el funcionamiento de esta herramienta.
La llegada de la pandemia y la suspensión del turismo afectó inevitablemente los ingresos a través de la Ecotasa, pero de a poco fue recuperando ímpetu, y hoy se pueden seguir proyectando obras.
El listado de obras concretadas con la Ecotasa es muy extenso, pero sin dudas que el Paseo del Este fue la primera gran obra financiada con la Ecotasa y le cambió la cara a la puerta de entrada de Bariloche: varios kilómetros de un parquizado sendero de hormigón por el que circulan paseantes, ciclistas y hasta chicos en patines, con plazas infantiles, juegos saludables para hacer ejercicio, plantas decorativas y una vistosa iluminación LED.
Este paso urbano fue tan exitoso que rápidamente el Municipio diseñó y construyó los similares paseos del Oeste, del Sur, del Lago (en la Costanera céntrica de la ciudad) y el de calle Río Minero.
La Costanera del centro de la ciudad tuvo un enorme cambio, tras décadas de abandono. Con un embellecimiento integral en la zona frente al Centro Cívico y complementada con miradores, veredas, barandas, farolas con iluminación LED, cestos de residuos y parquización.
Sumados a dos nuevos espacios urbanos ideales para la juventud: el skatepark y el pumptrack, que reúnen a cientos de jóvenes, que ahora tienen un lugar privilegiado para practicar deportes urbanos junto al lago Nahuel Huapi.
Otros impactos directos para el visitante están en las renovadas Oficinas de Informes Turísticos, que jerarquizaron la atención en sus puntos principales y en pleno Circuito Chico, donde se lucen hoy tres de los miradores más atractivos de la ciudad: el de Bahía López, el del Cerro Capilla y el de Lago Escondido. Además, se efectuó la renovación completa del Sendero de los Arrayanes, en el Parque Municipal Llao Llao.
Como si fuera poco, por estos días se está terminando la restauración de la casa Bachmann y la jerarquización de la plaza Perito Moreno. También se comenzará a intervenir en las escaleras céntricas y el Paseo de las Colectividades.
Todas estas obras de infraestructura turística enriquecen mucho a un Bariloche que durante años no tenía disponibilidad presupuestaria para encarar mejoras de este tipo. Por eso, la creatividad de una herramienta como la Ecotasa de Gennuso deja un saldo positivo y, tal vez, una enseñanza para otras localidades de la región, que puedan encontrar su propio camino para resaltar sus atractivos e invitar a los visitantes a volver, una y otra vez.