PERDIMOS OTRO EJEMPLO DE DEPORTISTA. MURIO HORACIO ACAVALLO EL CAMPEÓN MUNDIAL MÁS INTELIGENTE DE ARGENTINA

Falleció esta madrugada. Horacio Accavallo siempre fue un estratega sobre el ring y tal virtud sumada a su guapeza consciente lo impulsaron para realizar una campaña extraordinaria pues en una década –1956 a 1966- y con 70 peleas a cuestas, logró la corona mundial de los moscas en Tokio ante Katsuyoshi Takayama cuando ya había cumplido 30 años.
Para los especialistas, el boxeo argentino no tuvo boxeadores más inteligentes que Accavallo. Sabía todo. Calculaba y administraba sobre sus fuerzas y las que les leía a los rivales. Y difícilmente tomaría riesgos absurdos.
«Fue campeón en una época en que el deporte hacia simbiosis con la identidad. Accavallo, como Pascualito –nuestro primer campeón mundial- , como Fangio, como los Gálvez, como los campeones mundiales de básquetbol del 50′, como Juan Carlos Zabala, como Delfo Cabrera (ambos ganadores de las maratones olímpicas del 32 y del 48 respectivamente), como Don Roberto De Vicenzo, se unían a nuestro orgullo y aunque estuviéramos lejos en el tiempo y en el conocimiento, ellos eran argentinos» graficó Cherquis Bialo).
Horacio Accavallo y sus cuatro hermanos eran hijos de un inmigrante italiano nacido en Pietrapertosa, un pueblito de 1314 habitantes en la región de Basilicata, más precisamente en la provincia de Potenza, pero a él le avergonzaba su historia.-
Se sentía orgulloso si tal historia se particularizaba en él por que después del ciruja y del cartonero nocturnal del caballo flaco y el carro quejoso, vendrían los sueños, la lucha, la vida, el boxeo, el deportista, la consagración, la fama, el dinero, la corona mundial, la propia familia, los negocios, la conducta intachable, el matrimonio, los propios hijos, la tragedia, el dolor y el retiro como ejemplo para todos los demás.
El pibe que revolvía la basura desde Parque de los Patricios hasta Villa Diamante (Valentin Alsina) como cartonero, habría de ir convirtiéndose en lustrabotas, botellero, canillita, cadete y vendedor hasta alcanzar ser admitido en el circo Sarrasani como faquir, saltimbanqui, equilibrista y trapecista; o sea, una escala laboral y social que le mejoraba la vida. Logró la corona mundial de los moscas en Tokio ante Katsuyoshi Takayama, un gran campeón de entonces cuando ya había cumplido 30 años y entró en la galería mundial de los mejores peso por peso.-