PEREGRINACIÓN DE FE A CHIMPAY POR EL BEATO CEFERINO NAMUNCURÁ
El obispo del Alto Valle, Mons. Alejandro Benna, invitó a pedirle «una mirada atenta, un corazón sensible y manos solidarias». Fue en el marco de los 138 años del natalicio del beato. Miles de fieles participaron de la 54ª peregrinación a Chimpay, localidad rionegrina donde nació el beato Ceferino Namuncurá, que se realizó entre el 23 y el 26 de agosto con el lema «Ceferino, mirada atenta, corazón sensible, manos solidarias».
La memoria litúrgica del beato se celebra cada 26 de agosto, este año en el 138° aniversario de su natalicio. La peregrinación de fe más grande de la Patagonia se inició el viernes, con la llegada de los jinetes hasta la ermita del Parque Ceferiniano para acercar sus ofrendas, su saludo y su oración frente a la imagen del beato que se venera todo el año.
Las actividades religiosas, culturales y recreativas continuaron el sábado 24. Ese día, los peregrinos llegaban en bicicleta, a caballo, en caravana de autos y a pie desde varios lugares de la Patagonia: de Gastre, de Gan Gan, de Telsen, de Trelew, de Gobernador Costa, de Viedma, de Villa Regina, de Cipolletti, de Neuquén y de Zapala, entre otras localidades. También hubo peregrinos que llegaron desde el norte del país y desde Buenos Aires.
A medida que avanzaba la jornada, el movimiento fue creciendo enormemente. Hubo diversas celebraciones y numerosos bautismos, además de los cientos de personas que durante todo el día pasaron a saludar al beato, tocando la escultura de madera y acariciando su poncho. Caída la noche, se realizó una oración junto al fuego, animada por la comunidad mapuche. La jornada del sábado culminó con un canto a la tierra por parte de los jóvenes en el Polideportivo de Chimpay.
Mons. Benna desgranó el lema
El domingo 25, las actividades se iniciaron con los primeros rayos del sol, en el cerro de la Cruz del Quinto Centenario (sobre la Ruta Nacional 22), con la rogativa mapuche. A las 9, la multitud de personas comenzó a peregrinar hacia el Parque Ceferiniano, al que arribaron luego de dos horas de caminata. A las 11, comenzó la misa, sobre un altar que se preparó al aire libre, al lado de la ermita.
La celebración fue presidida por monseñor Alejandro Benna (obispo del Alto Valle del Río Negro), y concelebrada por monseñor Esteban Laxague SDB (obispo de Viedma) y monseñor Juan Carlos Ares (obispo de San Carlos de Bariloche), y por los sacerdotes que se acercaron de distintas partes de la región y del resto del país. Entre ellos, estuvo el inspector de la Inspectoría Salesiana de Argentina Sur, padre Darío Perera SDB, y su vicario, el padre Osvaldo Braccia SDB, junto con varios presbíteros salesianos de las comunidades de la zona.
Durante la homilía, Mons. Benna expresó: «Una vez más, nuestro peñi Cefeirno nos convoca, y con su ejemplo nos invita a vivir bien el momento presente. Hemos venido a renovar nuestra fe, junto con el querido Ceferino. Hemos venido con Pedro a decir: ‘¿Señor, a quién vamos a ir? Tú solo tienes palabras de Vida Eterna’. Y esas palabras de vida eterna se hicieron presentes en el corazón de Ceferino».
«¡Cuánta fe en el camino, viendo a tantos que vienen a caballo o en su bicicleta, o caminando de lejos!», destacó el prelado, y precisó: «En estos días, bendije a muchas personas. Y una de ellas me dijo: ‘Padre, hace 50 años que vengo a saludar a Ceferino’. Qué hermosa esa fe que veo en los niños, que se va transmitiendo de abuelos a padres y de padres a hijos. Esa gracia que Dios nos dio a todos el día de nuestro Bautismo».
El obispo invitó a pedirle a Dios manos solidarias, recordando: «El Ceferino que conocemos tiene las manos abiertas para compartir, para bendecir, para reunir, para ayudar. Qué hermosa carta nos cita nuestro padre obispo Esteban Laxague, en la que Ceferino le escribe a su papá, don Manuel: ‘Querido papá, algún día seré con celo y alegría para usted.
Si no es en este mundo, será en el otro. Nunca me olvido de usted y de la familia. Y siempre y todos los días pido al Señor que los bendiga y los libre de todos los males, corporales y espirituales’. Ceferino sufrió mucho su historia de familia, pero nunca fue una persona resentida», recordó.
«Por eso, la vida de Ceferino, ante una sociedad consumista, tecnócrata y descartadora de personas, nos invita a una entrega por los demás. Que madurando esto en el corazón y llenos de Cristo, podamos ser en nuestra vida servidores generosos de los demás», sugirió.
Si bien la actividad principal se desarrolló el sábado y el domingo en Chimpay, en la ermita donde se emplaza la imagen de Ceferino, este lunes 26 de agosto, día del natalicio y de la memoria litúrgica del beato, se celebrarán misas durante la jornada, un almuerzo a la canasta y la bendición de la torta de cumpleaños, que se compartirá en comunidad. (AICA)