Elimina las declaraciones juradas de bienes y ganancias para desmantelar el sistema automático de información cruzada. La implementación de la medida inquieta a operadores y operaciones en dólares por pontos importantes como el caso inmobiliario. Donde la ausencia de registros otrora obligatorios motivaron cierres de cuentas que hoy se señalan como sin respaldo para hacerlo.-

Las operaciones sospechosas solo podrán ser detectadas de forma «artesanal». En la primera entrevista que concedió Javier Milei tras la victoria electoral en la ciudad de Buenos Aires, el Presidente reconoció que la prioridad del gobierno es captar los dólares que los argentinos tiene fuera del sistema financiero formal.

Hace dos semanas Caputo jugó al misterio y prometió una medida «sorprendente» para que «la gente» saque los dólares del colchón . Este medio anticipó que la Secretaría de Hacienda trabajaba sobre la letra de un decreto para modificar el régimen de declaraciones jurada. El anuncio se esperaba para la semana pasada.

Las declaraciones juradas sobre ganancias y bienes personales están reglamentadas por decreto en la normativa para la aplicación de ambos impuestos. De esto se desprende que no habría impedimentos constitucionales para modificarlo mediante el mismo instrumento, por decreto.

«Pueden desmantelar el sistema de información entre ARCA y el Banco Central, con la sola firma del Presidente, no necesitan una ley», señaló a LPO un tributarista y completó: «Sin declaraciones juradas se desactiva el cruce automático. Esto quiere decir, que las operaciones sospechosas de lavados de activos de procedencia dudosa, no van a saltar a la vista, a menos que se vaya a buscar caso por caso, de forma artesanal», consideró este experto.

Según pudo reconstruir LPO, el gobierno busca revivir el tapón fiscal de Carlos Menem. En el artículo 8 de la Ley 23.905 promulgada en 1991, se le delega al poder ejecutivo la facultad de conceder una suerte de amnistía impositiva para todos los activos no declarados con anterioridad al año en ejercicio. Esas facultades fueron derogadas por Eduardo Duhalde en el año 2002.

«A mí no me importa de dónde sacó los dólares, no me importa, no me importa en lo más mínimo», afirmó Milei este lunes en diálogo con Antonio Laje. «El narcotráfico, usted lo combate, digamos, con el Ministerio de Seguridad, con el Ministerio de Defensa, ¿no? Usted no utiliza la economía, digamos, para combatir el otro delito», argumentó el Presidente.

«Bueno, el producto del narcotráfico, el narcotráfico después tiene que blanquear ese dinero», retrucó Laje. «Pero, de vuelta, pero trabaje sobre el narcotráfico, digamos. Entonces, ese es el punto», se limitó a responder Milei.

Otro de los planteos del periodista fue la inequidad respecto a aquellos que «cumplieron con la ley» y cumplieron con sus obligaciones impositivas. «Lo lamento por el que no se pudo escapar, digamos, o sea, pero el otro no hizo nada malo. Es decir, es una declaración de envidia. Es decir, el que pudo escapar, genial, o sea, y no lo tengo que castigar porque pudo huir del ladrón. O entonces, digamos, el que se quede en la cárcel lo tengo que premiar porque hubo alguien que pudo salir, digamos, de la cárcel que nos impone los políticos».

Más allá de la retórica libertaria, es evidente que el gobierno está apurado por sacar este decreto, apremiado por la necesidad de dólares, el que nuevo préstamo del FMI sólo palió temporalmente. El gobierno no quiere hablar de la falta de dólares y la pérdida de reservas y prefiere enarbolar la idea de la «remonetización» de la economía.

«La economía necesita más moneda porque nuestro régimen fue muy duro monetariamente para evitar una inflación. Pero llegamos a un punto donde, como no se imprimen pesos hace un año y la economía crece fuertemente, se demanda más dinero, entre otras cosas para otorgar mayores créditos», afirmó el ministro de Economía, Toto Caputo, desde el bunker de La Libertad Avanza este domingo ante la prensa.

En rigor, el gobierno no sólo no dejó de emitir, sino que la emisión de hecho creció porque crece la deuda en pesos. Es obvio que lo que falta son dólares, no pesos.

De hecho, para mantener este esquema económico se necesitan 214.000 millones de dólares en los próximos cuatro años, según los cálculos que hicieron desde la consultora Equilibra que dirige Martin Rapetti, en un informe titulado «Gobierno vs Econochantas: el debate sobre la sostenibilidad del tipo de cambio bajo»

La economía necesita ese flujo de dólares para financiar la acumulación de reservas que se acordó con el FMI, el pago de Bopreales, el ahorro en dólares del sector privado y el déficit de cuenta corriente, indica el informe. (LPO)