¿TRAICIÓN? «JAMÁS HUBO ACUERDO PORQUE JAMÁS HUBO NEGOCIACIÓN» DIJO LLARYORA
Martín Llaryora ratificó a otros gobernadores y a su equipo de ministros que se mantendrá inamovible en el marco de la crisis desatada por la derrota de Milei en Diputados: sostendrá que el Presidente necesita herramientas, pero que éstas no pueden implicar desfinanciar a las provincias y «tratarlas como apéndices».
«Ni de cerca nos sentimos aludidos por la ‘traición’ que dice el Presidente. Martín fue el garante de la gobernabilidad tras la reunión en la Casa Rosada, pero siempre advirtió que el plan fiscal necesitaba un plan productivo, y señaló que iba a defender los recursos para Córdoba, ya que son la base de la gestión», dijo a LPO un ministro que conversó con Llaryora luego de que se cayera la ley ómnibus.
En ese marco, Llaryora les aclaró a sus ministros y funcionarios que «jamás hubo acuerdo, porque jamás hubo negociación». (OTRA MENTIRA DEL PRESIDENTE) «Planteamos alternativas a puntos que, advertimos desde el primer minuto, rechazaríamos. El Gobierno jamás quiso negociar, por lo que es imposible que haya habido un acuerdo», señaló la misma fuente.
Por ahora, los funcionarios cordobeses son cautelosos: «No vemos un escenario de crisis institucional. Entendemos que el Gobierno nacional quiere que las provincias sigan funcionando. En el caso de Córdoba, la Provincia ha hecho más ajustes que la Nación: a Llaryora los estatales le hicieron un paro antes que a Milei, que hasta ahora no ajustó ni a los empleados públicos ni a las organizaciones sociales», remarcó el estrecho colaborador del gobernador cordobés.
Llaryora aplicó dos ajustes en simultáneo a los estatales cordobeses: primero, aumentó los aportes personales para la Caja previsional y la obra social; y luego cerró una paritaria al 50 por ciento de la inflación, lo que implicará un fuerte recorte. «Milei le dio más aumento a los estatales que el que dio Llaryora. De hecho, en diciembre, tuvimos un paro de los empleados públicos; mientras que a Milei se lo hizo la CGT un mes después… acá nos putean por ajustar», es el discurso que se ensaya en la cúspide del poder mediterráneo.
Respecto a la coparticipación del Impuesto PAIS, una de las claves para que la ley ómnibus naufragara, Llaryora defiende su posición para que sea coparticipable: actualmente, el 30 por ciento de ese impuesto nutre un fondo fiduciario que alimenta a las organizaciones sociales. «Ese 30 por ciento, Milei nunca lo tuvo. Lo tenían las organizaciones sociales. Si alguien iba a perder eran las organizaciones sociales, no el Gobierno nacional. Pedir que se distribuya a las provincias para garantizar las gestiones es totalmente razonable», fundamentan en el Gobierno de Córdoba.
Respecto de la venganza que prometió Milei, cerca de Llaryora la descartan respecto del recorte de giros automáticos. «No sabemos por dónde podría venir. No hay margen legal para hacerlo, Córdoba prácticamente no recibe fondos no automáticos; tenemos una Provincia superavitaria desde hace años, con una de las menores tasa de empleados públicos del país», insiste un ministro.
Con la inflación haciendo mella en la vida cotidiana, los números que maneja el Gobierno son coincidentes con otros que advierten la caída de la imagen de Milei y el apoyo a su plan de Gobierno. «Se gobierna con gestión, no por redes. Esa ejecución sumaria de ‘traidores y patriotas’ que hizo el Presidente por las redes no le cambia la vida a la gente. Hay que gestionar, y se gestiona con recursos, por eso defendemos lo que le pertenece a Córdoba», agrega.
Los gobernadores de Córdoba han sostenido históricas batallas con el Gobierno nacional, desde Eduardo Angeloz hasta Juan Schiaretti. Con José Manuel de la Sota, la pelea política inauguró un capítulo judicial al llevar a la Corte Suprema un reclamo por el no envío de fondos a la Caja de Jubilaciones.
Schiaretti sostuvo esa posición. Y Llaryora, «demasiado pronto», empieza a transitar el mismo camino. «Ya tenemos nuestra propia pelea por Córdoba. No era lo que queríamos, a esta altura esperábamos que el Gobierno nacional estuviese encaminado, lamentablemente nos vuelve a tocar defender los recursos de Córdoba», es el eje del discurso del llaryorismo. (LPO y propia)