TRES FEDERALES, UN OPERATIVO TRUCHO Y UN OBISPO COMO TESTIGO
Un hecho insólito que incluyó a tres oficiales federales y un obispo volvió a estar en el foco de la escena en Río Gallegos, cuando este lunes, monseñor Jorge García Cuerva brindó detalles sobre la estafa que un grupo de tres policías cometió el año pasado con el fin de robar una camioneta.
Todo comenzó el 29 de julio del año pasado, cuando tres oficiales vestidos de civil pararon una camioneta Volkswagen Saveiro que salía de una estación de servicio. En ese momento, hicieron bajar al conductor, le mostraron placas de la Policía Federal y le explicaron que el vehículo tenía orden de secuestro -dando a entender que era una camioneta robada- por lo que se los debía entregar.-
Ante las súplicas de la víctima para retirar del vehículo sus herramientas de trabajo, los efectivos accedieron a llevarlo hasta su casa. Una vez allí, buscaron testigos que acreditaran el secuestro. Fue en ese momento cuando entró en escena el obispo Jorge García Cuerva, que pasaba por el lugar y le tomaron declaración. Fue más tarde cuando la víctima notó que no le ofrecieron ninguna orden de secuestro y fue a denunciar el hecho. Al día siguiente del «operativo», la camioneta apareció abandonada.
«Yo iba caminando como todos los días, me paran unos policías, me preguntan si tengo documentos, les digo que sí, me dicen que necesitan que salga de testigo. Hacen todo el operativo -que dura como una hora y media-, y a mi me resultaba demasiado familiar, por haber trabajado en barrios y todo, estas personas actuaban realmente como policías», afirmó García Cuerva en diálogo con La Opinión Austral.
«Al otro día cuando veo en las noticias que este muchacho denunciaba que le robaron la camioneta y la describe, me di cuenta que era el operativo en el que me tomaron a mi como testigo, junto con un chico joven. Así que ahí lo llamé al ministro de Seguridad, Lisandro De la Torre y le avisé enseguida.
Le dije que si ese era el operativo y era todo trucho que yo tenía todos los datos de esta gente, que incluso se dejó hasta fotografiar», agregó. «Ahí empezó la investigación. Tuvieron mala suerte de justo elegirme a mi como testigo, porque ni bien me dijeron que era trucho, enseguida hablé», concluyó el obispo. (Ambito.com)