VIOLENCIA DE GÉNERO: SOBRECARGA LABORAL E INEQUIDAD AFECTA A LAS CARDIÓLOGAS ARGENTINAS
Nota de opinión de José María Oribe (*): El Área Corazón y Mujer junto al Área investigación de la Sociedad Argentina de Cardiología, llevaron a cabo una encuesta entre especialistas en cardiología argentinos. Entre los resultados obtenidos, se evidenció que en los profesionales existía una sobrecarga laboral asociada a la percepción de un salario insuficiente que no condice con su formación profesional.
Además, en ambos sexos se indagó si habían estado expuestos a situaciones de violencia de género en el ámbito laboral o doméstico. En el caso de las especialistas mujeres, la violencia de género en el ámbito de trabajo y la violencia doméstica fueron significativamente más frecuentes.
Al interrogar respecto de las oportunidades laborales, las mujeres consideraron que la maternidad limitó en mayor o menor medida su desarrollo profesional. Todas estas situaciones constituyen estresores que generan un entorno desfavorable para aplicar sobre sí mismos las medidas que recomiendan en sus pacientes para el control de los factores de riesgo cardiovasculares.
De hecho, entre los profesionales encuestados fue evidente una alta tasa de sedentarismo, sobrepeso y obesidad. Los resultados fueron presentados en el marco del 48º Congreso Argentino de Cardiología realizado recientemente, organizado por la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), y fue reconocido y premiado como el mejor trabajo de investigación realizado en áreas y consejos de la SAC.
El relevamiento, realizado en septiembre de 2021 y del cual participaron 611 profesionales pertenecientes al padrón de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), mostró que la violencia de género laboral fue más frecuente en las cardiólogas (58% vs 10%) al igual que la violencia doméstica (16% vs 6%). A su vez, la mitad de las representantes del sexo femenino reconoció que la maternidad limitó su desarrollo profesional en la especialidad.
Del total de los encuestados, el 63% trabajaba más de 44 horas semanales. 3 de cada 10 cumplían guardias de 12 o 24 horas, especialmente si eran médicas (38,5% mujeres vs 28% varones), y la pandemia por Covid-19 generó para el 84% una sobrecarga tanto a nivel laboral como personal, percepción que fue mayor entre las mujeres (88% vs 80%). En líneas generales, 7 de cada 10 (72%) consideraron excesiva la carga laboral, con remuneración no acorde a su formación académica.
“A través de esta encuesta anónima, que se hizo dentro del padrón de la SAC, pudimos ver cuál es nuestra realidad. Sabemos que la inequidad laboral y la violencia de género son estresores y se consideran factores de riesgo no tradicionales, con el mismo peso que los ya conocidos, como son la hipertensión arterial , la diabetes, el sedentarismo, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la obesidad”, señaló la Dra. Bibiana Rubilar, directora del Grupo Corazón & Mujer ‘Dra. Liliana Grinfeld’ de la Sociedad Argentina de Cardiología y una de las autoras principales del trabajo.
“Los factores de riesgo no tradicionales tienen un efecto potenciador sobre los tradicionales; además, las personas sometidas a estos estresores crónicos como son la inequidad y la violencia laboral, presentan más probabilidad de desarrollar hipertensión arterial , obesidad, sedentarismo y depresión.
Todas estas condiciones que, a su vez, operan sobre el autocuidado, es decir, que las personas adhieren menos a las pautas higiénico-dietéticas, como llevar una dieta saludable, realizar actividad física y cumplir adecuadas horas de sueño”, aseguró la Dra. Verónica Lía Crosa, Subdirectora del Área Corazón & Mujer ‘Dra. Liliana Grinfeld’ de la SAC y también autora principal de la investigación.
Los resultados de la encuesta revelan que, entre las médicas cardiólogas, las alteraciones del ciclo del sueño eran más frecuentes que entre los varones (11% vs 8%) y, también, que eran más sedentarias que ellos (53% vs 45%). Además, el 5% de todos los especialistas refirió desinterés, pensamientos negativos o infelicidad, situación más frecuente en las representantes del sexo femenino (7% vs 3%).
Ambas expertas coincidieron en señalar que los aspectos psicosociales y las situaciones de estrés, agudas o crónicas, tienen impacto en la salud cardiovascular, de hecho, recientemente fueron reconocidos como estresores.
“Las personas que están sometidas a una situación de violencia de género, abuso o violación, tienen mayor incidencia de enfermedad cardiovascular y de factores de riesgo como la hipertensión arterial , la obesidad y la depresión. Asimismo, existe una perpetuación de conductas nocivas como el tabaquismo, el alcoholismo y el abuso de drogas, esto está descripto en la bibliografía.
Ahora, llevado al plano de las profesionales médicas, resulta más grave porque la persona está tratando de brindar atención médica en un ambiente que le resulta nocivo”, subrayó la Dra. Crosa.
La inequidad laboral que muestra la encuesta, además de traducirse en la sobrecarga de trabajo, también se relaciona con la brecha salarial y con las posibilidades de desarrollo profesional, que para las médicas resultan inferiores.
En este sentido, los datos hablan de un 62% de cardiólogas que consideró que la maternidad limitó su desarrollo profesional, en tanto que un 66% de los especialistas afirmó que su remuneración no era acorde con su formación profesional y académica (75% mujeres vs 60% hombres). No obstante, el 72% elegiría nuevamente la misma especialidad y solo el 18% elegiría otra profesión no médica, lo cual pone en evidencia la vocación profesional.
“La mujer cardióloga, por una cuestión de ‘multitarea’, agrupa las horas de las guardias, entonces va dos veces por semana y hace guardias de 24 horas corridas, a diferencia de los hombres que van menos horas o más espaciadas.
Para muchas encuestadas, además, la maternidad había limitado el crecimiento a nivel personal, ni hablar durante la pandemia, que sometió a muchas madres que pasaron a ser ‘maestras’, cuidadoras y, a su vez, siguieron trabajando en salud; hubo mucha sobrecarga laboral”, sin dejar de pensar también en que no sólo podían enfermarse sino, peor aún, llevar la enfermedad a sus hogares, indicó la Dra. Rubilar, quien también es Prosecretaria de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).
“Es un paso muy importante que una sociedad científica como la SAC habilite la presentación de este tipo de investigaciones y que incluso la haya premiado, porque implica que se empiece a reconocer que esta situación está ocurriendo, algo fundamental para generar cambios y para que las mujeres accedamos a mejores condiciones laborales.
Algunas medidas públicas como la Educación Sexual Integral (ESI), también pueden favorecer para que se genere una conciencia social sobre el rol de la mujer y para no promover situaciones de violencia de género y abuso”, sentenció la Dra. Crosa.
Para la Dra. Rubilar, en tanto, es claro que entre las especialistas en Cardiología los factores de riesgo no son muy diferentes de los de la población en general y lo paradojal es que, pese a manejar información, las cardiólogas se cuidan menos.
“Hay que aumentar las campañas de difusión para que la mujer no se postergue. La mortalidad cardiovascular está por encima del cáncer de mama u otro tipo de cáncer ginecológico y, además, no sólo tenemos los factores de riesgo convencionales, sino que a esos hay que agregarles los ligados íntimamente al género: violencia y sobrecarga laboral. Antes se hablaba de una brecha de mortalidad de unos 10 años respecto de los hombres, pero hoy es sólo de entre 8 y 6 años; no hay que esperar a la menopausia para hacer los primeros controles, no hay que demorar la consulta, deben realizarse a partir de los 40 años anualmente”.
Para nosotros, este Premio Otorgado desde La Sociedad Argentina de Cardiología, nos da muchísima alegría, ya que significa que nuestras propias autoridades han valorado la encuesta, se reconozca el problema y podamos seguir trabajando a nivel integral en beneficio de la Salud de La Mujer”. concluyó la Dra. Rubilar.
(*) José María Oribe de y para JM Oribe comunicaciónes