SUAREZ COLMAN: «TOMALA VOS DAMELA A MI: RUTAS DE RIO NEGRO»

Nota de opinión de Nicolás Suarez Colman (*): El atraso, la desidia, el abandono y sobre todas las cosas la destrucción de la calidad de vida de los ciudadanos es abrumadora. Río Negro no escapa a semejante cuento de terror. En medio de tanto abandono te dan gratis las entradas para que te distraigas un poco en el circo romano más cercano. Vos elegís ubicación ya sea radio, redes sociales, diarios digitales, la que sea. El circo está ahí.
No es nuevo, las rutas de Río Negro son un absoluto desastre. Tal vez a la política que adora viajar en aviones privados, vehículos del Estado y aviones de línea no les importe mucho. Total pagan los espectadores del circo. Si el auto de alta gama del Estado se rompe o se choca, se compra otro y punto. A lo sumo se toma un préstamo o se sube algún impuesto. ¿Quién se va a dar cuenta?
La cuestión es simple, mientras buscan posicionarse para ver quien es el candidato que más mide o más se lo mide (el ego obviamente), se echan culpas unos a los otros de quien hizo, quien no hizo, quien robo o quien no robo. Mientras tanto las rutas nacionales llevan en obra o sin obra más de 20 años. No sólo la autopista de la Ruta 22 donde el Clan Soria metió un amparo para que no se haga y Weretilneck retardo el apto ambiental para no pelearse con Soria.
Lo mismo sucede la 151, la 152, la 40 y la 23. Y si el menú de rutas destruidas nacionales no te alcanza tenés las rutas provinciales 6, 4, la 5, la 58, la 63. Interminable como esos menús de bodegón porteño. La diferencia es que en esta circulan personas, laburantes y lo que nos queda de industria y comercio.
Gustavo Cordera cantaba “mientras todos los reptiles, estaban preocupados por el asadito” traducido sería mientras hacer 50 kilómetros nos cuesta casi una hora de nuestras vidas y algún que otro juego de cubiertas, la casta se enrostra el pasado, el presente y el futuro para ver quien junta un votito o queda más guapo para que lo metan en una lista y estar sano y salvo por 4 o 6 años a costa de los que laburan.
Más allá de las ironías, hay una sola verdad: Nadie y absolutamente nadie explica cuando, como y de que manera van a resolver alguno de los tantos problemas que tenemos los rionegrinos y la propia política nos ha generado. No sólo la infraestructura vial paupérrima que ahuyenta inversiones. La educación obsoleta, la salud sin salud, la seguridad sin nafta en los patrulleros y la justicia en un universo paralelo.
(*) Abogado, especialista en Derecho Administrativo. (UNLP-UNCO)