CEB JUNTO A LA ARB EN EL RECICLADO DE PAPEL
La Cooperativa de Electricidad Bariloche está trabajando junto a la Asociación de Recicladores de Bariloche para que los papeles que genera en forma diaria puedan ser recuperados y transformados en nuevos productos. Los trabajos forman parte del Programa de Gestión Integral de Residuos (PGIR) de la CEB, con el cual se busca dar una solución a los desechos que se producen.
El eje del programa es la promoción del cuidado del medioambiente. El programa PGIR recolecta residuos en diversas dependencias de la cooperativa, Sede Central de la CEB, Planta Depuradora, SEAS, Usina Pechón y AVC. El manejo de los papeles es parte principal de esta iniciativa de la CEB y sus trabajadores.
Recolección y traslado
La CEB instaló contenedores para la separación de residuos en las oficinas en la primera acción de puesta en valor de la política de reciclados. Los papeles en desuso -que incluyen archivos y ficheros antiguos- son transportados hasta la planta de la ARB para su acopio y armado de fardos.
De esta forma gran parte del papel que se emplea puede ser reciclado para tener una segunda vida. Los integrantes de la ARB llevan adelante el trabajo de prensado y almacenamiento para, posteriormente, vender los materiales acopiados a empresas que lo utilizan como insumo en otras localidades del país.
Beneficios
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) advierte que cada año desaparecen millones de hectáreas de bosque producto de su manufacturación para la industria papelera.
De acuerdo a los datos de algunas organizaciones ambientales, el reciclaje de papel ahorra un 74% de gases que contaminan la atmósfera, genera un 35% menos de contaminación de las aguas y disminuye el volumen de residuos.
Asociación de Recicladores
La ARB se formó en 2001. Está compuesta por 58 personas aunque, debido al contexto de pandemia están trabajando 40, divididas en dos grupos que se alternan para realizar su labor. Se capacitan en esta materia y rescatan unas 40 toneladas de plástico, cartón, papel, metales y nylon, a los que los enfardan y venden.
De este modo los trabajadores de la ARB forman una parte fundamental de la cadena que finaliza con el proceso de recuperación realizado por otra empresa para transformarlos en nuevos productos de papel.